Por aquí... el clima es... triste, creo. La gente está triste, angustiada.
A mí me ataca una presión en el pecho, como si alguien estuviera empujando mi interior hacia atrás, un nudo en la garganta y ganas de correr de mí y de todo lo que este atado al mundo, correr, correr bien fuerte... y no puedo.
Lo ves en las calles, en las vidrieras, hasta los maniquíes tienen un gesto de soledad que angustia hasta a los perros. El día y la noche se juntan en cualquier situación, las estrellas apagadas, las nubes cansadas, despistadas, la luna pálida y ebria... los árboles lejos, altos, viejos. Un hola, un beso, un adiós, ningún hasta pronto, ausencia de abrazos... retazos de sonrisas, que ya son muecas. Risas de llanto, penas de risas, llantos de sueños... ojos de viento, ya no hay cielo en sus ojos, ni miedos, ni retos, sólo descanso, cansancio, resignación... solo logramos ver mierda, así es la vida??...
Y yo, aquí, atrapada en este pueblo con mentalidad pueblerina, resentida, pero hermoso (el pueblo) al fin. Ya me voy, falta tan poco para que me vaya... TAN POCO que ya me asusta... pero mi ansiedad es peor que el susto, y cuando se juntan, crean el no dormir, el no poder llorar, el no poder correr, el estancarme, el no poder concretar mi voz, el no decidir, el no bailar.... me decido a salir de aqui y pechar fuera de mi interior, para adelante, en contra de esa presión tan brusca, burda...
Y este otoño no fue mas que una imagen de un sueño que nunca recordé...
Y este invierno es menos que mi cuerpo desnudo...
Y hoy es como un ayer en el que pensábamos el mañana...
Y ayer fue como un hueco en la oscuridad del silencio aturdidor...
Y el jueves que hoy viví fue como un morral a punto de descoserse...
Y este segundo se convierte en un papel que explota, como yo...
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