¿Quien soltó a mi caballo entre los pastos
Que se fue volando al árbol?
Gritaba, un relinche mal cantado,
Y es por esa poca fe, que nació desafinado.
Sin alfalfa entre las cintas.

Quien desnuco a mi caballo?
Que el corazón no me galopa empedernido
Y me desplomo ante los ojos
De quien llora su tardanza.

Como duele la montura
Que la vida me ha incrustado,
Como arde la herradura
Con la que marco mis pasos.
Como sangran estos crines,
Si no hay viento entre mis manos...

Pobrecito, mi corazón-caballo,
De madera, y bien pulido a los palazos,
Como un mal pateado rostro y perseguido,
Sin haber cruzado el disco,
Y sin poder pegar el salto.