Últimos restos del rojo vino reflejando en el vidrio el desgastado tiempo como aureola en su cabeza con su cuerpo recostado en la cornisa de un abismo de varios pisos deseando ser parte igual rojo de los adoquines que le llamaban a la distancia con necesidad urgente respondiendo con un simple movimiento de gravedad al llamado recordando el abandono hogareño prematuro con violencia y altivez reconstruyendo las bacanales como consecuencia de un destino etílico inevitable de apasionado beso florido y perfumado que llego a fin antes que él y un resultado de la unión corporal con su propia desazón termina junto con ese sueño grávido de vida prófugo por culpa falsa e imputada arrancando no de la ley social sino de su propia existencia que termina en cristales explotados en mil partes y mil colores manchando de color el llamado cumplido.
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Últimos restos del rojo vino reflejando en el vidrio el desgastado tiempo como aureola en su cabeza con su cuerpo recostado en la cornisa de un abismo de varios pisos deseando ser parte, igual rojo, de los adoquines que le llamaban a la distancia con necesidad urgente, respondiendo con un simple movimiento de gravedad al llamado recordando el abandono hogareño prematuro con violencia y altivez. Primer vuelo fuera del nido. Reconstruyendo las bacanales como consecuencia de un destino etílico inevitable. El viento bate sus plumas. De apasionado beso florido y perfumado que llego a fin antes que él. Primera pendiente verticalizada . Y un resultado de la unión corporal con su propia desazón termina junto con ese sueño grávido de vida. En picada hacia su presa. Prófugo por culpa falsa e imputada arrancando no de la ley social sino de su propia existencia. Traumática sed saciada . Que termina en cristales explotados en mil partes y mil colores manchando de color el llamado cumplido.
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El concho de un tinto vino en la botella manoseada y lubricada del tiempo en calles y rincones mientras su cuerpo yacido en el borde de una altura inconmensurable y con una desencanto en su corazón y un deseo en su mente anhelando quebrarse en mil partes para ser parte de adoquines cómplices de su deseo y un mar de sangre brillante que se regase por el suelo reflejando su contenida vida en imágenes certeras del desaire familiar precoz aligerando el peso de la existencia toda en licores y mostos en valles serranos y cementos lacerantes amortiguado por la sedosa presencia núbil de una figura recordada más por su olor que por su color y por un vientre protuberante retozante que termino siendo arrastrado por torrentes sin remordimientos a mares de desazones comenzando por causas, citaciones y embargos para acabar con ese fuego, con esa sequedad desesperante, en su ultimo sorbo de vida camino hacia la paz.
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Entidad corpórea tumbada de costado sobre un precipicio interno a 20 metros del suelo pero a años luz del planeta con un pasado que huele a pueriles soledades y vicisitudes de un escándalo familiar hijo de la calle y de su madre teniendo a su primogénito como adicción alcohólica apestando a pordiosero y a veces proxeneta donde su único sentimiento fue aceptado con complacencia humor e ignorancia para que en pugna de celos y alcohol sin fin violento termine en desgracia nuevamente familiar alimentando el círculo vicioso in vivo y volver a andanzas errabundas sin conciencia de la sospecha tribunal por testigos beligerantes mientras su ultimo deseo volver al polvo original a través del reflejo en una botella de un suelo cantero duro y abrasante y convertirse en sangre y en tinto en vida.
Texto agregado el 23-10-2004, y leído por 242
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