Mi amor crecía cada vez más
Todo mi pasado parecía quedar atrás
Tus sueños se fundían con los mios
Así como mis miedos más profundos se fundían con la intemperie.
Nuestra amistad iba en un rumbo hacia lo utópico,
mis amigos me decían que como era posible que existiese tanto cariño entre ustedes.
Esas eran las cosas que me hacían sentir realmente orgulloso de tener a tan linda persona como Mi Mejor Amiga.
Lo recuerdo muy bien, fue un día Jueves de la tercera semana de Abril, mi corazón ya no podía contener todos esos sentimientos, y en un acto impulsivo y quizás desesperado, te abrí las puertas más escondidas de mi corazón, que solo tuvieron como respuesta: "Lo siento Nachito, mi corazón no tiene dueño"
Acto seguido yo caí en una profunda oscuridad, donde los cielos estaban pintados de Muerte, y por mas que uno deambulara por ese frío y lúgubre lugar, no encontraría salida alguna.
Al día siguiente fuimos a una fiesta en la casa de una amiga, la Chio, cuando llegué todas nuestras amigas me saludaron fervientemente, pero tú no. Tú solo fuiste en sentido contrario, desde ese momento mi corazón pedía un respiro cada vez que te veía pasar cerca mío, y nuestras miradas nunca se cruzaron.
En ese momento reflexione mucho sobre todo lo que había pasado, no encontraba razón lógica para que nuestra amistad se hubiera "acabado" así como si nada.
Si algo bueno puedo rescatar de esa fiesta, fue que conocí a un gran Amigo, cabeza 'e hueo, Manolo.
Él también se encontraba en la misma situación que yo, los dos estábamos destrozados. Él sufría también por una de mis mejores Amigas, así que me fué fácil ayudarlo en lo que más pude, y, para mi sorpresa, él también era cercano a mi Ángel.
Para que decir que ahora nos juntamos siempre, aunque igual lo dije.
En fin, él fue una gran ayuda para resolver mi problema con esta musa de las que tanto les he hablado.
Esa noche, me devolvía de la fiesta con ella a mi casa, su mamá, que la quiero mucho, ni se imaginaba por la situación que estábamospasando, y muy amablemente se ofreció a llevarme, yo no supe que responder. Si le decía que no se iba a preocupar y la Cami se iba a sentir incómoda por el interrogatorio que despues le tocaría.
Si le decía que si, tenía el profundo miedo de que la Cami se "enojara" aun más conmigo.
Finalmente acepté.
Para evitar cualquier contacto en el auto, me fingí dormido, cuando en verdad estaba muriendo por dentro.
Esa fue la última vez que hablé, cercanamente con ella. |