SINFONÍA ANACRONICA______________________________



Bajo sus pies suelo resbaladizo y abrasante, camino asfixiante, deseaba llegar lo más prontamente posible aun con el tiempo de sobra, la ansiedad lo dirigía, ciego a la razón. Respiración cortada al compás de cada pisada, cual carrera dejaba entes a su paso, abstraído al infinito, hacia una idea, su ardid. Retrocedía en el tiempo con actitud de niño que inventa un juego prohibido y avanzaba en él como anciano que cuestiona su vida. Al llegar a una esquina encuentra el lugar adecuado para cometer la ignominia a su dignidad, como un delito humillante. Este estaba rodeado de árboles y motores, lugar preciso para ubicarse, aunque su presencia no pasaría desapercibido por mucho tiempo.
Entes cercanos observaban como la extraña visita se instala en medio de la nada.
-¡Que es lo que estoy haciendo!- Se ruborizó.
Un intimidado custodio de motores que vio mancillado su territorio mueve su posición alejándose del visitante como animal herido y resignado, observándolo con desconfianza y curiosidad.
Nuevos entes en frac se suman al cuadro que presencia el visitante, siendo total protagonista de aquello. Entes que salen de elevados edificios, el sol sobre sus rostros, la rutina en sus espaldas y el visitante como nueva atención. Soslayadamente observan y calculan posibilidades, invitaciones al comentario y al repaso de la jornada.
Una y otra vez, muchedumbre de entes que atosigan con la mirada. Indiferencia. Hostilidad. Lascividad. Interrogancia. Empatía. Fastidio. Suspicacia. Sonrisas...

La incomodidad de estar de pie le turbaba y nuevas posiciones asumía para salir
de la rutina esperando con impaciencia el momento oportuno. Cáscaras de frutos
caían y consumían cada segundo de espera mientras el sabor de cada trozo hacia más tolerable su humillación. En cada mordida recordaba con añoranza situaciones vividas y a la vez que un puñal de traición silenciosa atravesaba su espalda. Nunca supo cual fue el propósito, solo sucedió. Nubes salieron que ensombrecieron la luz y las tinieblas desestimaron su camino. Se resistía a una madeja de incomprensiones, malos entendidos, confusiones y pseudoreflexiones, un intrincado laberinto de circunstancias que terminaban en un vacío. El más fútil de los lamentos germinó de las relaciones superficiales o que fueron tomadas como tales, habiendo de por medio un compromiso escondido que si salió a flote nunca fue reconocido. Todo confluyó para que al final el resultado fuera un compactado cúmulo de verdades y mentiras que fueron tirado a la basura sin discriminar lo noble de lo funesto.

Exhausto por una última mirada inquisidora y entrometida se retira del lugar en busca de una perspectiva más cercana.

Ahora su campo de observación es más amplio pero también más descubierto. Siente la necesidad de acercarse, ve colores ya conocidos, una figura que evoca viejos recuerdos, candor de respiración y movimiento sincrónico.
En un acto de osadía se acerca a pocos metros de su objetivo , su corazón vertiginoso golpeando su pecho rítmicamente y sus pelos erizados en completa tensión, toda una vorágine de emociones en colapso. Se acerca el momento esperado por días, no se reconocía a si mismo y con el pudor perdido nada le importaba ya, solo el fin por el que estaba ahí. Sintió descubierta su personalidad y sus secretos revelados, mientras en el ambiente una atmósfera enrarecida predecía un final anunciado. Podría ocurrir lo más apacible como también lo mas desagradable todo resolviéndose en cuestión de segundos.
Al acercarse más, en arrítmica condición, descubre con sorpresa que no era lo que estaba viendo, solo era un espejismo fantástico copia de la realidad producto de la emoción y del ímpetu momentáneo, dándose cuenta que la hora debida ya había pasado.
Decide retirarse sin esperanza ni resignación solo un instante vacío y trivial, actitud superflua hacia ser superfluo y contradictorio. Ser hacia el que si hubo intenciones poco claras todo fue con un fin completamente opuesto, un mundo creado por la imaginación que a cada instante se hacia más real transformando un abrazo en opresión y una palma abierta en puño certero. Todo se volvía sombrío, los ojos se ofuscaban y se veían sombras de lo verdadero, un día todo felicidad al otro solo aborrecimiento cayendo de bruces a ese abismo imaginado, mientras los sentimientos en comodato fueron aun más maltratados. No bastó que un ombligo dañado fuera tomado como hermosa flor o que una visita inesperada fuera un regalo nunca antes recibido. La semilla con promesa de amor debió volver a su baúl esperando nuevos tiempos.


Ella nunca salió.



FIN