Nubes agoreras que enfundan la diafanidad del sol
tan benevolentes son conmigo y respetan mi tristeza,
sombras arremolinándose como enormes mortajas
sobre este pesar inmenso que vibra en mi alma
y me oculto bajo su luctuosa enseña para llorar muy quedo
Tristeza, madeja de sollozos, hatijo de suspiros,
Filtro de lágrimas que van a la mar del desconsuelo
¿Que quedará de mí después de todo?
¿Qué quedará de mí?

Sueños inacabados, pesadilla hecha piel
inúndanme las nostalgias que ahogan mi triste espíritu
deseo imperiosamente la llave del olvido
deseo ese sueño tibio que algunos denominan muerte
mas, me nace la desconfianza cuando imagino
que ni siquiera en la tumba encuentre digno consuelo
¿Qué será de mí después de todo?
¿Qué será de mí?

Sol trasgresor que deshilacha las oscuras nubes
astro de fuego que pese a sus brasas ardientes
no entibia siquiera esta gélida melancolía y mi pecho
mi triste pecho se encoge aterido por los afanes
de una causa que es querella y también lamento
colores absurdos que irisan el entorno cadavérico
colores mustios que me impregnan las venas
lava grisácea que revienta en mis soledades
¡Pobre de mí!
¡Pobre de mí!