(Esta es una carta que fue escrita por un muchacho en una clase de física, en plena evaluación, en la hoja de la evaluación, cuando se dio cuenta de lo que era)
Para mis pensamientos negros:
Me he quedado inmóvil en este lugar, no entiendo cuál es mi posición entre toda esta gente. si de niño los odie a cada uno de llos, sin la influencia de Nirvana ni mucho menos de Kurt Cobain, cómo será ahora. Alguna vez los habré perdonado, y he reído con ellos, pero sé que no son como yo. Sé que personas con pensamientos tan profundos como Mendoza o con personalidades tan solitarias como la de Jean Carlos no son como yo. Yo nací para ser feliz pero Dios se equivoco. Cuando algo es perfecto el le quita a ese algo cualquier cosa para imperfeccionarlo. Eso esta bien, así tiene que ser. Pero de todo lo mío me quito a Lucila sin darme oportunidad a acercarme. Ni a ella ni a las sobras de mí amor.No puedo encarar a Dios ni a la vida. Kurt lo hizó, lo logró y ahora debo quedarme en estos horribles deeps inside of me. No puedo compararme. ¿QUE HAGO? Me voy a morir en mí mismo. Bogotá es de mí color. Digo que no me caso porque no creo encontrara a alguien como Lucila. Soy un tormento inventado para mí mismo y más llá de odiarlos a todos me odio a mí mismo y odio mí vida. Soporto esto pero no sé que sera de mí si desfallesco ante todo esto ¿Lograré aguantar toda la vida? ¿Hay salida? Hay dos salidas para que mi dolor pare: Lucila y la muerte. No le temo a la muerte y deseo suicidarme. A la muerte la he comprendido. Quiero morir antes que ella. Por eso me odio, por cobarde. Por ser una persona sin sentido de heroísmo. Soy blanco y negro, y eso me gusta, es droga, porque también me afecta, me daña. Me duele pensar cosas como estas...¿No entiendes? Es estúpido pensar que pude haber logrado algo en esta vida. Es mejor quemarse que apagarse lentamente, dijo Kurt Cobain. Prefiero quemarme, pero temo estar apagandome lentamente sin darme cuenta, es horrible ser una copia, ser algo inconcluso. Ser algo que no debió ser ni será. Yo sufro y no es culpa de nadie, sólo mía. Ni de Dios, ni de Lucila, de nadie....sólo mía. Es mi culpa ser nada. Es mi culpa que mi corazón sólo odie. Es que ya estoy muy muerto....me ahoge en mi propio odio.
Heathcliff,
Rep,
o yo.
(Este muchacho normalmente utilizaba esos seudónimos, hasta que se decidio por uno que no hemos podido encontrar, sólo sabemos que este muchacho se suicido al escribir esta carta)
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