En aquel entonces las cosas eran diferentes que ahora, dijo cepillandose el bigote.
Los hombres se metian tiros por cuestiones de honor, no! ahora todo se arregla con una tarjeta e-lectronica, al Diablo con eso, esas son mariconadas!

Todas los dias desde hacia ya seis meses y medio habia estado escuchando esa voz, por que de primero fue solo eso, una voz. Luego olvido su cochino sombrero sobre la mesa. -Baja eso de alli, no vez que hay comida sobre la mesa! No acabe de decir eso cuando me percate que la unica persona en la cocina era yo.
No tarde mucho en asimilar que aquel somberito cuadraba con aquella voz que ya me tenia hasta el gorro con cuestiones revolucionarias, tiros de honor y sermones de porque me levantaba yo tan tarde.

Al principio luche por librarme de aquella voz, no era possible, como fue que me sucedio a mi? nunca habia mostrado sintomas de locura, de chico hablaba solo pero estaba consciente que la voz que me respondia provenia de mi mente. Hice arreglos par aver a un psiquiatra y que me dijiera que era mi yo reprimido a alguna boberia de las que ellos inventan, despues decidi lidiar con aquella voz yo mismo, despues de todo estaba yo falto de amigos en aquellos tiempos. A pesar de la diferiencia de ideologias, la voz y yo pactamos la paz. –Tu no te metas en mis cosas personales y sobre todo no me hables cuando estoy dormido y yo te dare la oportunidad de materializar tu voz mediante mi persona. Habiendo accedido al acuerdo ambas partes iniciamos una nueva vida.
Despues del clasico cuestionario inicial, ya sabes el por que a mi? que es lo que quieres de mi? quien eres? Y en el que fue impossible indagar sobre estas cosas, excepto que la que voz pertenecia a un tal Pancho, un tal Pancho que era de armas tomar, empezaron nuestros largos debates. Contaba al principio del incidente del sombrero, en ese entonces nada habia sido discutido entre nosotros, el tal Pancho me hablaba y luego se esfumaba para no oir nada mas de el en dias. Supongo que poco a poco fue adquiriendo destreza hasta que un dia no solo escuche su voz sino que casi me tropece con una guitarra que traia, se aparecio alli mismo, en ese sillon. Tenia el aspecto de un caudillo mexicano, de primero quize por su nombre, asociarlo con el General Villa, pero no, no se parecian ni tantito. Nuestro Pancho era mas bien flaco y de tez mas clara que Villa, parecia tener mi edad, tal vez un poco mas viejo. En aquel entonces andaba yo por los 36.

Hubiese jurado al solo oir su voz que en verdad se trataba del General Villa, hablando de libertad, de como mi jefe merecia una “calentadita” de como deberia pactar una alianza con los del cubiculo adjunto al mio e ir y poner en su lugar a los del Segundo piso que se la mantienen gastando todo el paper de la copiadora y no son para abrir un paquete nuevo. Pero no, cuando por fin se materializo nos dimos cuenta que solo la voz tenia.
De principio me fue muy dificil escucharlo, sus ideas eran mas bien, un tanto rabaleras, el tipo no tenia escrupulos y la mas minima provocacion destaba su furia revolucionaria, -Por los caudillos del norte que haste me lo cargo!- solia gritar, despues cuando las apariciones se hicieron mas frecuentes arremetia contra las cosas, la demas gente no podia verlo desde luego, y me achacaban a mi la destruccion. Empezo a rumorarse que yo estaba poseido y todos me sacaban la vuelta.

Al cabo de un rato, me gusto el hecho de que nadie se metia conmigo, hacia mi trabajo y me dejaba de protocolos tontos, de boberias tu sabes. Sin querer poco a poco fui adoptando la manera de pensar de Pancho. –Con que el mariquita este quiere acabarse la azucar del café uh? Y esta vieja pedorra que piensa? que el mundo debe detenerse para que ella se pinte? De cualquier manera se ve de los mil demonios. Era como si de un dia para otro hubiese sacado mi mitad maldita. Me sentia renovado.
Un Jueves por la tarde mi jefe me llamo en su oficina.
-Obed, he notado un cambio muy drastico en ti. Tus companeros se quejan que ya no eres el mismo, que te has vuelto agresivo y hasta violento. Hoy fue la segunda ocasion que los del Segundo piso vienen a decirme que has estado volteando los botes de basura en sus cubiculos, que misteriosamente alguien baja el switch de corriente y las computadoras se apagan por horas hasta que el tecnico repara los fusibles danados. Me gustaria saber que sucede, se que tienes muchos anos de trabajar para la compania y hasta ahora habias sido un empleado ejemplar.
Tranquilamente Pancho encendio un puro y se sento a ver como salia de esta, veamos cuanto has aprendido me dijo,tendremos que silenciar a los lenguas larga del Segundo, no cabe duda, los tiempos han cambiado y los chismosos han inundado nuestro pueblo.
-Senor Trueba, ultimamente ha habido diferiencias con los del Segundo piso pero no es nada que con un poco de dialogo no podamos solucionar. En cuanto a mi animo, se debe a problemas familiares, he estado un tanto nervioso ultimamente.
Ahora si me disculpa tengo un asunto urgente que atender.
-buuuuuu! Te portaste como un papanatas, le hubieras dicho que si no se callaba la bocota el seria el siguiente en la lista, hubieras pateado las macetas o minimo le hubieras pellizcado la nalga a la secretaria, pero no, no cabe duda que te gusta la mala vida.

No supe como reaccionar en la oficina del senor Trueba, jamas antes habia sido llamado en su oficina para discutir mi conducta, no sabia que hacer. En verdad me sentia acorralado, el estilito de vida ya no me gustaba, pero si me iba a ir , contrario a lo que Pancho pensara no haria un escenita en su oficina. Me apresure a mi oficina y empeze a guardas mis cosas en una caja, no sentia la nostalgia esa que se ve en las peliculas cuando alguien abandona el oficio. Era ya tarde y todos se habian marchado, todos menos yo y Pancho que me decia – Fue lo major que pudiste hacer, vallamos por una buena botella de Tequila para celebrar!
Ya en el bar y con media botella de Tequila en nuestro systema pudimos ver las cosas con mas claridad. Sabes hace anos que deseaba salirme de ese lugar, he estado ahorrando un poco de dinero y pienso que es hora de probar suerte en algo diferente. Tal vez me marche al campo, estoy cansado del ajetreo de la ciudad. La gente ya no es lo que era antes, ahora caminan unos sobre los otros para conseguir un triunfo imaginario.
No existe lealtad alguna, el dinero los tiene sobornados.
Me encontraba yo en mi discurso cuando alguien se levanto en la mesa de atras y dijo;
“Brindo por el General Villa, hoy hace 40 anos murio a manos de unos cobardes, pero hoy por hoy todos llevamos un poco del espirutu guerrero que lo caraterizo, no es asi muchachos?”
-Por los caudillos del Norte que si! Levante mi copa y brinde con ellos.
Jamas volvi a oir o a ver a Pancho, pero ni falta que me hace. Sirvanme otra copa Carajo!

OS.