Entra el sol por la ventana embriagado de pájaros de acero, llamarada en el tintero desgajando rayos uno a uno. Profana, lánguida tentación de lluvia en la mañana para dar color a la muerte sangre, guerra y tierra Un día llegas y te vas, con el silencio de la espuma. Callas el tiempo a gotas, amoroso ungüento de apetitos. Has roto el cristal antes de irte, las sombras parten contigo escarchadas con mil letras, bordeando el péndulo del vacío. Exhalas frío a pedazos en invierno, el fruto se ha marchitado en tu boca fuego de brazas que habito laceras sin piedad mi cuerpo a borbotones. La tarde es una mariposa colmada de futuro en sus entrañas. (Hablar de nada es decir que en cierta forma existo).
Texto agregado el 22-10-2004, y leído por 332 visitantes. (1 voto)