Historias Clandestinas
La celebración del doble cumpleaños
La visita con invitación al gallinero.
Héctor, anda preocupado, la situación del país aún es complicada a pesar que le queda poco tiempo a la dictadura, pero ésta, aún mantiene toda su fuerza represora. Un par de días antes los chanchos de la CNI llegaron a buscar a un compañero que cometió alguna impertinencia, así que luego de ver la situación con los compañeros, cambiar de casa y esperar a que llegue desde de Santiago el hombre que visita la región, por algún canal abierto Héctor avisa a la capital y se apura la llegada del hombre aquel, al ver de conjunto la situación creada se resuelve la salida de allí, ¿para donde? Cerca al otro lado de la cordillera, la antigua provincia de Malleco, así que una mañana conversa con la dueña de la casa en donde vive y le cuenta que se marcha, en la tarde toma el bus que lo lleva al otro lado, a seguir en la misma, dándole que hacer a la dictadura.
En la capital ya queda poco del matrimonio, a pesar que se hacen esfuerzos por ambas partes, los resentimientos imperan, los dolores mandan y mas aún la distancia separa, como aún no es bueno regresar a la gran ciudad hay que quedarse allí, la lucha sigue y hay que organizar y organizar para actuar, complicada cosa de ser no mapuche en tierra mapuche, ganar el alma y luego aunar voluntades.
Una mañana caminando por el centro de la ciudad de las rosas que es Angol, aparece la Petronila caminando cerca de la feria, mujer medio mapuche medio chilena es decir “Champurria” (1) con todos los rasgos de la etnia mapuche.
Ella vive en la salida poniente de Purén, allí en la subida de la cordillera de Nahuelbuta, en el sector de Pangueco (2), Héctor invitado a la casa de la Peta, la visita se hará en una semana más, el itinerario la visita de las comunidades cercanas.
Hay ocasiones en que una primera vista se convierte en un nuevo amor y eso ocurrió luego de caminar un día completo por las comunidades de la comuna aquella, la noche reinaba en la tierra, una frugal cena, unas copas de vino, una cama mullida con varias frazadas de lana de oveja, habiendo dos personas solas, ¿para que desarmar dos camas? Luego de varias visitas hay ocasiones en las que Héctor llega sin aviso lo que no está ajeno a que ocurran traspiés.
En las peores circunstancias suelen ocurrir hechos que pueden hacernos llorar de tristeza o impotencia sino que también reír, ya que no todo suele ser triste, la vida en si lleva ambas, la alegría y la tristeza. Una de las cosas alegres que nos regala la vida, es el amor, mas para quien toda su vida ha sido un romántico y además enamorado.
Hay acontecimientos que los recordamos eternamente, una de ellas, le ocurrió a nuestro amigo y camarada Héctor que en ese instante fungía como principal responsable de su organización en la provincia Malleco, en el centro de la zona mapuche o Araucanía como le llaman.
La Peta, o Margarita mujer mapuche que por su cultura directa en el trato con la otra gente, y en lo que al amor se refiere también, ella al igual que Héctor también enamorada, ¡califa! Diría alguien hoy, en condiciones de lucha aguda, el amor no está ausente y no podría ser de otra manera con gente tan bella. En la zona con tres Margaritas se encontró este hombre, una de ellas también de Purén, muy valiente y de cuidado aquella Margarita, no cualquiera la iba a deshojar, en algún capitulo hablaré de ella.
En la pequeña ciudad pareciera que el tiempo se detuvo hace mucho, es de las primeras ciudades que fundó de la avanzada española, casi tan antigua como el mismísimo Santiago, enclavada en medio de la Cordillera de Nahuelbuta, parte de la Cordillera de la Costa, montes con robles, cargados de quitrales rojos en las copas de los altos árboles, avellanos y boldos de helechos altos y de nalcas, arroyos de aguas cristalinas y frescas, de pudues (el cervatillo más pequeño que habita en este planeta) y de pumas, de cóndores, carranchos (traros le dirán allí) búhos y mil leyendas. En las casas, rosas multicolores, guindos, damascos y cerezos, tierra de mosquetos, la gentes; comparte la multinacionalidad, mapuche y no mapuche se mezclan compartiendo el territorio, el mismo que hoy quieren que regrese a las manos de los ancestros que Vivian allí antes de la llegada de los conquistadores, por ello se genera tanta acción de “recuperación de tierras” ya que fueron robadas a los antiguos mapuche, y lo que se organizaba bajo la conducción de Héctor y sus compañeros. Así que el territorio está poblado mapuche no mapuche, alemanes y suizos, italianos un poco más al sur.
En el centro de aquella ciudad, un día cualquiera en el centro, se encontraron Héctor y la Margarita Moreno hija de uno de los más respetados Longos, conversaron un par de minutos, ese encuentro fue casual, Héctor pregunta de “¿Cómo va la acción de Recuperación de tierras?”, ella le cuenta de lo que se ha hecho y que piensan que la época más oportuna debiera ser en el instante en que el fundo aquel tenga los trigos maduros y para ello falta un par de meses, se fijan algunas reuniones previas y terminan la charla callejera, al despedirse en el instante del beso en la mejilla, ella toma la cara de su camarada y le regala un hermoso y calido beso en la boca, beso que Héctor aún lo lleva en la memoria y en los labios.
En sus cavilaciones Héctor piensa que cada amor por leve que haya sido, si ha sido intenso, si se ha disfrutado aunque sea un inocente roce de una mano, o un beso como aquel, será eterno en la memoria del ser humano –al menos en la conciencia de Héctor así lo percibe- guarda en el recuerdo cada beso, cada acción amorosa, y al mismo tiempo algo importante de esas mujeres ha quedado dentro de si, y hoy es un hermoso recuerdo en el rostro del hombre..
El recuerdo lleva a Héctor una vez más a retroceder a regresar otra vez a las tierras de la Margarita, hay ocasiones en que enfrentandose a la memoria diga que son muchas las vidas a las que se puede retroceder. El tiranuelo se preparaba para dejar el gobierno, pero, no el poder, éste lo mantendría por muchos años y luego de su salida los suyos seguirían manteniéndolo, ya saben hoy lo persigue el estado por evasión de impuestos así que su castigo será similar al se Al Capone, pero, para eso en este espacio faltan muchos años, así qué, hay que seguir batiéndose con el enemigo.
Desde el mismísimo 11 de Septiembre fatídico Héctor ha recorrido cual vagabundo casi todo el país, un vagabundear consciente y obligado por las circunstancias de aquellos años pasados, bien, andando tierras desde el desierto nortino hasta la sureña región de la Araucanía, ( dicen que los españoles llamaron Araucanía a la zona y araucanos a los mapuche, por que se parecían a los habitantes de la zona del Arauca por las tierras colombianas) Angol es su asiento, desde allí dirige con otros su organización, un día de Diciembre no teniendo actividad hasta el lunes siguiente parte donde la Margarita de Pangueco, para ella es día de cumpleaños y Héctor ha cumplido unos días antes, así sale a saludar a la mujer.
Para su amor y calor ella está sola, su padre en Concepción a unos cientos de kilómetros de distancia, tan solo que Héctor no ha avisado su ida y sin previo aviso, parte a medio día de ese sábado, son cuatro horas en el bus, cuatro horas escuchando una casete de Quelentaro que el chofer llevaba en su toca casetes, y era de esos que son auto reversa por lo que llegaba al final y regresaba por el otro lado, tantas veces como en las cuatro horas pudiese cantar el Gastón Guzmán , una y otra vez oyendo las mismas tristes canciones, "somos todos Lonconao (3) o "Temuco pueblo maldito" o su "leña gruesa" una canción que relata la vida de la familia, de “y mi abuelo a los pumas por querer cazarlo a lazo” y “mi padre analfabeto dirigiendo el sindicato”.
Su padre muerto por los latifundistas por querer fundar un sindicato.
Temuco pueblo maldito, la historia de una parturienta llevada a la ciudad de Temuco al hospital regional a parir y los médicos sin querer atenderla por ser mapuche, muerto el hijo recién nacido, y “Leña gruesa”, la mesa familiar hecha con tablas gruesas, mesa que sirve para comer, conversar en las lagas noches de invierno como que también en algún instante para velar la muerte de alguno de ellos, ha servido para velar al angelito o al adulto fallecido. Todo el viaje oyendo las tragedias, tan reales en la vida del pueblo y en una zona de tanta gente mapuche aún más, vida que se vive a diario y Héctor ya la conoce desde siempre, pero, a veces es bueno oír algo más alegre.
Todas las largas horas entre Angol y Puren, misma música, nadie reclama ya que el cantor es de la zona y realmente querido por sus fans, alió de Algol en la última micro que salía desde Angol a Concepción cruzando la cordillera, para caer en el Cañete de los Confines desde donde llegó.
Desembarcó en Puren, y caminó los tres o cuatro kilómetros hasta la primera subida de la cordillera. Allí está la casa de la peta, una parcela muy pequeña, el camino en verano es cálido más bien caliente, el camino, bueno Héctor lo camina alegre, y con latidos fuertes del corazón, cuando se caminan caminos rurales, los pensamientos vuelan a cualquier lugar y época, VIAJA A Santiago, a la tierra de Cerro Navia, allí se achicharran sus dos hijos, lo más seguro que estén en alguna esquina con un grifo de agua abierta para bajar la alta temperatura, su matrimonio ya naufragó su mujer vive la ilusión de un amor nuevo y es que las cosas se complican con las distancias y aún más cuando se vive en un clima de tensión tan fuerte, vivir una dictadura como la de Pinochet no es cosa grata y menos grata se convierte cuando la voluntad está con la actitud de no agachar el moño y vivir de rodillas, la vida sería mas llevadera si se estuviese en la hacinada Cerro Navia viendo crecer de buena manera a los hijos, pero viejo perro, caíste preso en la Legua y eso se paga caro y quedarse en la capital, cualquier noche podría significar dejar este mundo e ir a morar el de los muertos.
Esa tarde no hay mucho transito en la carretera, así qué las cavilaciones no son interrumpidas por los vehículos, al salir del pueblo, de una parcela sobresalen las ramas de unos cerezos cargadas de frutos maduros que se ven deliciosos por lo que el caminante levanta el brazo y corta algunas cerezas las más maduras, que ayudan a pasar la sed que el sol produce, al final llega a la casa y...
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