Hay miles de objetos que ya están al borde del desuso, pero que concentran en su pequeñez muchas historias y nos hablan de otras casas, otros tiempos y otras costumbres. Hoy nos pueden causar un poco de nostalgia, pero todavía no la suficiente como para que estén en un museo. ¿Llegarán al total olvido? ¿Jamás volveremos a verlos?
Pues empecemos por estricto orden alfabético:
A
Agujas de tejer: Del número 3, del 5, del 7. Para estambre de lana, de acrílico, de algodón. Cada vez las vemos menos y las abuelas son más prácticas usando su tarjeta de crédito para ir por gorros, bufandas, abrigos y todas estas cosas a la tienda.
C
Caligrafía: Cuadernos de doble raya para practicar una escritura perfecta. Estrictas maestras cuidando que la letra quedara bonita, parejita, elegante. Aún en mujeres de cincuenta años para arriba se les puede detectar el influjo del colegio de monjas gracias a la caligrafía.
Casete: Los vinilos retornaron con el auge de los DJ’s. ¿Acaso los casetes morirán? ¿Ustedes no metían un lapiz en los agujeros del casete y lo giraban para enrollar la cinta y así ahorrar baterías? En fin, se acabó el problema de atinar en dónde empezaba nuestra canción favorita y con él, el cuadrito de plástico, tiende a decir adiós.
E
Estambre: Véase “Agujas” y cambie los números por colores y texturas. Cada vez se ven menos esas bolas que ahora sólo ilustran calendarios con gatos.
M
Máquina de escribir: Y con ella todos sus accesorios: La cinta mancha dedos, los papelitos con pintura blanca para resanar errores, la gomita de los limpiatipos, el sonido fuerte de cada una de sus letras. En lo personal, yo la sigo prefiriendo para llenar formatos que traen líneas y espacios en blanco, aunque creo que nadie compraría una máquina de escribir sólo para eso.
P
Pañuelos: Pañuelos de tela para limpiar la nariz, en franco desuso. ¿Para decir adiós? Tan en desuso como los viajes largos por barco.
Pañales: Pañales de tela, también en desuso. Los desechables son más prácticos por el momento. Ya quiero ver cuando se desborde un basurero municipal y nos ahogue entre toneladas de plásticos y caca.
Perillas: Sí, como la de la televisión. Ya no hay refacciones para perillas de TV en ningún lado. Y cada vez hay menos perillas en los hornos, en las lavadoras... vaya, hasta en las puertas.
S
Sombrero: Esta prenda se sigue usando pero ya no es como antes. Cada vez hay menos sombrererías y ya se han vuelto más un accesorio de moda que una prenda útil, me refiero sobre todo en el ámbito urbano. Gestos como llevarse la mano al sombrero o retirarlo para presentar respetos, ya no forman parte de los ademanes cotidianos.
La lista no termina aquí, pero mi tiempo sí. Este es un jueves apurado como todos mis jueves, así que me marcho pero me queda pendiente continuar este inventario.
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