Sábado por la tarde... El clima está mejorando y el calor se va escapando hacia el sur; todos disfrutando de la vida y yo, en el trabajo.
En la mañana pensé respecto a mí, me pareció que me he vuelto aburrida y rutinaria, aun así, la casa sigue tirada y yo no tengo ánimos ni de levantar mi alma.
Hoy sábado siempre tenemos bodas en el Hotel; apenas ví pasar a la novia, llena de ilusiones con su ramo de flores naturales y su vestido más blanco que el cielo, salieron unas discretas lágrimas de mis ojos. Allá abajo todos están divirtiéndose, y mi casa sola y tirada, y mi alma colgada del perchero a la entrada.
Te juro que no quiero ser una maniática ni una grosera, pero tanta esclavitud me está matando, no veo ni por donde puedo respirar, ¡tengo asco! Estoy harta y hasta la madre de todo y de todos...
Me siento miserable, jodida y gorda; por suerte todavía aprecio mi cara, si no te diría que también me siento fea. tengo calor, sed, estoy aburrida de mi vida, estoy comenzando a creer que me estoy volviendo una amargada, este trabajo ya no da para más, y las deudas siguen creciendo, mi casa por más que la limpio está llena de polvo, y el refrigerador está siempre vacío, y qué coño me importa el refrigerador...
!Uff! Respiro, este síndrome premenstrual me está matando, !estas hormonas son traicioneras! Todo parece caer encima de mí, pero creo que me comienzo a sentir mejor, lo que pasa es que ayer me dijo un amigo que tenía todos los síntomas de una solterona: “Vives con tu madre y tienes tres gatos y, además, ¡estás gorda! –dijo–. Y llevas más de un año sin novio, ¡ya deberías de olvidarte de ese renacuajo y ponerte blusas más escotadas!
Casi me desmayo cuando dijo todo eso.
Ayer, antes de dormir, llamó mi abuela de España, para avisarnos que ya estaba en camino, y dijo que había soñado que por fin me casaba con un hombre de bien y no con los actores y escritores tramados con los que suelo salir.
El trabajo, mi casa, mi abuela, y mi tan anunciada soltería, van a causarme vejez prematura,
¡sí! Veo en el espejo marcas de expresión, ya mejor me iré a dormir y mañana compraré una crema para las arrugas.
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