Inicio / Cuenteros Locales / REGIE / A TÍ, OLVIDADA...
Se me agotan las fuerzas
y sólo puedo llorar tu dolor,
llorarlo mezclado con el mío propio,
sumergirme en él cada amanecer,
con tu pañuelo en mis manos...
Busco el resplandor que ilumine tu mirada,
dentro y fuera de mí...,
y una herida por la que se me escapara
la vida, hasta la última gota de mi existencia,
no me haría tanto daño como tu sufrimiento...
Contemplo nuevos y bellos amaneceres
que tus ojos no pueden contemplar,
sólo pequeños momentos,
que yo haría eternos...
Y sólo deseo la sabiduría y capacidad
para hacerte feliz...,
que todo lo demás no tenga importancia...
Y cada mañana vivo feliz y con ilusión,
como si al serlo yo, tú estuvieses más cerca...
Hay tantas cosas por las que sonreir...
Y por poco que me guste este mundo,
me alegro de haber venido para conocerte,
me alegro de estar aquí para amarte...
Todo mi mundo comenzó a tener sentido
cuando te cogi de la mano y acariciándola supe
que nunca había sentido nada igual...
Y por esos instantes y todos los que nos quedan,
no existe nada que me asuste,
sólo mi impotencia para hacerte feliz...
Eres el manantial de mi felicidad.
(09/09/00) |
Texto agregado el 20-10-2004, y leído por 140
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