Vas quemándome como consumes a la tierra
y parece que te vas por ratos
pero te quedas silenciosa y cerca
solo despistas lo que nos hace ser
lo que para ti es excelencia
y para mi simple melancolía desbordada
que cae como cascadas sin rumbo
por un torrencial cúmulo de estrellas
que muertas van fusilando todo a su paso
como si fuese yo la dueña
de ese rencor que el mundo entero siente...
como si mis lágrimas curasen algo
que no tiene ni un mísero principio
y que jamás tendrá un efímero fin
porque lastimas las noches sin piedad
sin un mínimo detalle de encanto...
porque vas tocando tu melodía
y sin ser vista te cuelas para amargar
un alma agotada que un cuerpo contiene
en un frasco de porcelana cuarteado
hediondo y oxidado que filtras en tu piel
y que intentas acribillar en un corazón
que pide sin ser escuchado
y que llora sin ser observado...
porque la naturaleza te prohíbe
pero la razón te da cabida
en el dolor mas grande de este salón
que te guarda misteriosamente
y que hoy te entrega a estas manos
que repudian recibirte
a lo que ya es parte de mi
y de cada rincón que ésta noche te observa
consumirme en el mas estricto silencio
del humo que guardan las paredes
de la estancia de mi cama
que se vuelve mas tuya que mía
y que hoy como siempre ha sido tuya
en el mas doloroso y cómplice silencio
que hoy guardamos...

Nathalia Rojas Acacio