Regalo a mi hija LIDIA en su santo. Era por la tarde, en el mes de agosto, y allí estava grande como mi mano y llena de pelo, la colita parecia un abanico de lo deprisa que se movia y sus tiernos ojitos como perlas negras brillaron al acariciarla y no pude resistirme, me la lleve para mi hija. Era el juguete nuevo de casa, todos dándole caprichitos y mucho amor, cosa que ella siempre agradece a su manera. para el dia de hoy ha crecido, pero sigue siendo nuestro juguete, siempre dispuesta a dar lo mismo que le ofrecemos, nunca hubiera pensado tanta inteligencia en un animal, en saber querer y compartir los momentos (buenos y malos) . Ufffffffff como la quiero y espero conservarla mucho tiempo