En el bajo cielo
un pequeño cuerpo de 7 cm.,
de patas delgadas, ojos expresivos,
con un pequeño cerebro lento
y que no parece comprender su entorno,
con puntiagudo pico y delicadas plumas de colores claros,
vuela encima de una gran jardín;
donde al darse cuenta de un momento a otro
se ve encerrado
en las delicadas manos
de una niña de cinco años de edad
que estaba en compañía de su madre
con quien empieza a jugar diciendo:
¡ Está muerto, lo maté!.....
mientras sus manitas se cierran
escondiendo la cabeza del pajarito
y pocos segundos después
las abre y sonríe
al ver abiertos los brillantes ojos del animalito.
Así, vuelve y juega:
¡ Está muerto, lo maté!,
y sonríe al verlo con vida.
¡ Está muerto, lo maté!,
y sonríe al sentir su pequeño corazón palpitar asustado.
¡ Está muerto, lo maté!,
y sonríe observando el movimiento de su pico.
¡ Está muerto, lo maté!,
y sonríe!.
Lo mira, y sonríe.
Mira su madre, y sonríe.
y mira el cielo...
... y llora.
y su madre solo dice:
¡Nena ese es el gran poder de la mente!.
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