del amor no se que decir, prefiero padeserlo.
acaso sea un sententimiento equivocado,
cuando uno esta enfermo.
tal vez las civilizaciones hallan hundido sus pilotes en vano, en ese fango donde anidan esos nobles sentimientos.
hay un coktel que se dispara, como una flecha en mi; un castillo, una princesa, dos rodajas de lima, con esto despierto un indio manzo, contemporizador, que quiere todo para si, sin compartir con naides le que me pertenece, como naides comparte lo propiamente su suyo.
aunque mis pertencias se remiten a los pocos bagayos que tengo, ese sentimiento posesivo no mengua. y si me topo con esa princesa en ese castillo, un todo posesivo se apodera de mi motricidad, y empiezo a correrla hasta el fin, sin importarme la patrulla real.
un indijena loco, posesivo podran decir de mi, no importa, no estare escuchando esos comentarios, lo mas probablemente me encuentre asistiendo a la princesa, arañada por la malesa en su piecito de cristal.
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