Desde luego el campanario con mira telescópica es un clásico y nunca pasará de moda; pero me temo que ese no es el camino. Demasiados ciudadanos cero. No le voy a engañar: el último francotirador, un hombre preparado, no se crea, compartió página con el IV premio nacional de lanzamiento de fideos por la nariz. Así están las cosas. Desde luego, está la variante del francotirador de Parque Nacional, muy actual, y que siempre puede llevar el premio extra de acabar con el último espécimen de cigüeña negra. Titular al canto.
Si lo que busca es algo seguro; algo seguro de verdad, entonces estamos hablando de nuestra estrella: maltrato doméstico. Por poco ingenioso que sea usted, no se me ofenda, yo le garantizo una hora en televisión y, por otra parte, puede seguir usando el riflecito ese que tanto le gusta.
No, no, claro, si no tiene pareja la cosa se le complica y, lo que es peor, se le sube un pico. No se me desmoralice.
Otra opción es esposarse a una estrella del Pop y no vea qué resultados se obtienen con esa economía de medios y...
Pero mi olfato me dice que con usted estoy metiendo la pata desde el principio, que a usted la fama le trae al fresco. En que estaría pensando. Si se nota a la legua que usted es un idealista. No me lo diga. El enemigo es el sistema, ese terrible sistema conspirador que nos engulle, nos aplasta, nos homogeneiza y nos propone una zombi vida feliz. ¿Voy bien?
Usted lo llevaba tiempo mascando y hoy se ha levantado de la cama a las 6:43, como siempre, y enseguida lo ha notado: no había café hecho.
Nada, nada -se ha dicho-, a fabricar el inocente café. Y sólo para eso ha tenido que abrir: 1) Pack oferta de cartón de tres envases de un cuarto kilo de café. 2) Envase de cartón individual de paquete de café. 3) Bolsa interior de aluminio del envase al vacío. 4) Caja de cartón con cincuenta unidades de filtros de café. 5) Pack oferta de, mixto cartón- celofán, diez litros de leche semidesnatada. 6) Envase de papel de un kilo de azúcar blanquilla de remolacha.
Ya sólo faltaba el séptimo magnifico: el abrefácil del cartón de leche y...
El paciente abrefácil es capaz de permanecer agazapado todo el tiempo del mundo esperando su oportunidad.
El grito que no ha dado se le ha atravesado en la meninge y ha empezado a supurar ideas como: ¿Por qué no puedo yo ser Kevin Spacey en "American Beauty" o Mikel Douglas en "Un día de furia"?
No se sienta solo, ni ridículo. No sabe cuántos clientes nos subvenciona el abrefacil.
Si lo que quiere oír es que seguimos en guerra. pues sí, pero no con escenitas de ese tipo que lo ponen todo perdido. Más que la idea de guerra frontal y abierta, que usted trae en la cabeza, lo que ahora funciona es una guerra de guerrillas. Nada de subirse a los campanarios, ni secuestrar guarderías. Ahora nuestros frentes son otros.
Para un idealista como usted, tenemos esta semana un tres por uno que incluye: No aprender ingles, no sacar la propaganda del buzón y nunca, nunca, nunca, pagar antes del tercer aviso al dentista. Y si no le termina de convencer aquí encontrará toda la gama de "sin fronteras". ¿No le apetece pertenecer a una organización internacional contra el contradictorio tetrabrik, abrefácil para la resistencia?
¿Qué quiere ir a la última en actos de rebeldía? Fume. Fumar, sí; pero no fumar inconscientemente como hacían antes; sino fumar como el que hace huelga de hambre sabedor de que mina su salud, pero ennoblece su espíritu. Una insumisión valiente y honesta en la que algunos dicen encontrar hasta placer. Olvídese del señor Douglas y sus efectos especiales. En esto, como en todo, hay que empezar desde abajo. Aún le quedan muchos días de ir sin desayunar al trabajo, muchas facturas que no pagar y cigarrillos que fumar antes de subirse a ningún campanario. Muchas gracias por llamar. Le atendió Alejandro.
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