Hoy no hay columna, lo siento, no hay inspiración desde hace rato, no me preocupa eso, he estado años sin escribir una palabra, puedo estar un tiempo sin hacerlo ahora, no creo que años, o no espero.
Lo que me inquieta es faltar a mi palabra, siempre he dicho que lo único que poseo es mi palabra y mi cerebro, que todo lo demás es accesorio y provisorio. “Tenés una hija” dirán ustedes “familia, amigos” en fin… Y sí, los tengo, pero no me pertenecen, cada uno es de uno mismo, no hay vuelta en eso, y está bien que así sea.
Podría colgar acá un texto improvisado o acudir a algún amigo para que llene el hueco de este lunes, pero no, mejor tomar el toro por las astas (aunque tenga cuernos), me he cansado de escapar o ir “zafando” por la vida, las cosas no funcionan de ese modo en mi universo, ya no al menos.
Una cosa es sobrevivir y otra cosa es durar, me dijo alguien muy querido el otro día, y creo que en la frase anterior se encuentra la diferencia.
Bueno, podría ponerme a filosofar, pero esa no es la idea.
Sólo quiero pedir disculpas por faltar a mi palabra, pero hay días en que ni siquiera eso tengo.

Espero que el lunes siguiente sea diferente, menos difícil tal vez.

Abrazos.

Melina.