Llevo un buen rato inmóvil mirando el techo y no sé por qué. Lo cierto es me siento a gusto mirando el techo, encuentro curiosas las imágenes que se forman en el Gotelé, parece como si estuviera lloviendo detrás de una ventana. Tan pronto veo que llueve hacia la izquierda como a la derecha, hacia abajo y hacia arriba, ¿hacia arriba?...que extraña visión. Tras un rato, que no sé precisar, infiero que las formas caprichosas que se forman serán producto de la luz de la...¿habitación? puede..., no sé dónde estoy.... pero tampoco me preocupa, me siento cómodo como si fuera mi cama, ... si, seguro que es mi cama, ...estoy descansando.
Sigo mirando el techo y me cuesta ver, veo borroso por momentos y me crea cierta desazón. Vuelvo a ver el techo y allí está el gotelé otra vez, pero ahora no veo llover, me parece que son granos de arroz, ¡las jugarretas de los sentidos!. ¿Estaré soñando? No lo sé me cuesta pensar, ¿qué mas da? Ahora el techo no tiene Gotelé, me parece liso y me deslumbra ligeramente, una sombra interrumpe la luz momentáneamente y oigo unos sonidos lejanos y profundos como si fueran olas. Intento identificar el sonido pero me cuesta concentrarme, ahora el Gotelé me devuelve la cara de mi hija, aparece muy guapa como siempre....instintivamente pienso en saludarla... ¡holaaa!, pero claro, es una tontería y se desvanece poco a poco. Ya no veo el Gotelé, solo oigo murmullos lejanos, me siento raro pero a gusto, una luz me deslumbra primero un ojo y luego el otro, vuelven los murmullos y tras un gran esfuerzo consigo identificar los sonidos como voces,...si son voces ¿pero que dicen?...intento prestar atención: ....lo siento, le ha fallado el corazón.
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