Ella conoce de gente y desamores,
de parejas y su búsqueda,
del calor de un café
y su afrodisíaco placer.

Recoge las monedas
y nuestros pedazos de sueños.
Ella observa en silencio,
porque nadie ha preguntado
por sus propios anhelos.

Las parejas van y vienen
siempre puntuales y en silencio.
Llegan con besos y augurios,
y se van de la mano y sonriendo

ella les conoce,
sabe un poco de sus secretos
porque los van derramando
como pedazos de cielo

ella trabaja en el café
donde me detuve a pensar en ti,
ahora le dejo una taza vacía,
un trozo de poesía
y una historia incompleta
que ni el afrodisíaco ni yo
supimos concluir.