Oye mi última voz. No es un delito
rogar por los que fueron. Yo jamás
te pedí nada: al expirar te exijo
que vengas a mi tumba a sollozar.
Lord Byron ( Acuérdate de mi)


Van pasando los años en una memoria que olvida,
indeseada macabra jerarquía organiza mis difuntos,
un orden en el tiempo, en el recuerdo o la importancia,
de los recientes, los rememorados a los inovidables,
ranking de una pena que no obedece más a la razón,
ordena y desordena la memoria en su inconsciencia,
selecta alieniación en un ajedrez de piezas variables,
de los recuerdos que se despiertan sin hora marcada,
avivan la pena y nos avisan que la vida ha de seguir,
otras pérdidas llegarán hasta que llegue nuestra vez,
en la fila a la que nos juntaremos para ser recordados,
en el Iletrado obituario que guarda nuestros nombres,
avanzando y retrocediendo en necrológica jerarquía.

JIJCL, 27 de noviembre de 2025.