Ese dolor tan intenso que tenía, no podía esperar hasta mañana. De inmediato llamó al médico de la familia, sin importar que fueran las dos de la mañana. El médico le contestó sin mucho ánimo. Después de escucharlo, le dijo:
-Vente pronto a mi consultorio.
En media hora llegó Facundo. Después de algunas formalidades, le pidió que se recostará en el gabinete dental. Después de examinarlo le dijo:
-Tengo que sacarte ese molar, nada puedo hacer por él.
Facundo, de inmediato le respondió:
-Hágalo pronto doctor.
El odontólogo le respondió:
-Hay un problema muy grave.
Facundo, casi llorando le preguntó:
-Cuál problema?
El odontólogo le respondió:
-No hay anestesia.
Al escuchar la respuesta, casi se desmaya. Con vos temblorosa, le dijo:
-Sáquela sin anestesia.
El odontólogo, alistó el fórceps y el botador o elevador. Facundo, empezó a gritar antes de tiempo. El odontólogo empezó a aflojar el diente, ahí se demoró unos buenos minutos. Facundo se orinó del dolor, la suerte estaba echada. Después de varios intentos con el instrumento que tiene la forma de cuerno de vaca extrajo el molar. Enseguida limpió el alveolo.
Facundo estaba llorando del dolor. El odontólogo le pidió el favor de no hacer ruido. Le formuló analgésicos y antibióticos y le dio una cita de control. Facundo, canceló el valor de la exodoncia, solo en ese momento comprendió el dolor de las flores cuando las arranca sin anestesia.

PEDRO MORENO MORA