Soltarse lentamente
pero seguir el rumbo
sin cuerdas ni guitarras
sin amarras.
Confiar en nuevas alas
que renacen
y se llevan el miedo.
Volar con otro ritmo
más despacio
y buscar otro cielo.
Soltar sin aspavientos
como un suspiro
que libera los años
suspendidos
y rompe el desconcierto
de un instante perdido
Soltar los desencuentros
las nubes en los ojos
y en las manos
para mirar más lejos
lo sutil
lo cotidiano.
Soltar los viejos puertos
que fueron el sentido
y hoy son vanos.
Soltar los desencantos
agobiados de insonmios
y alejarse de a poco
de ese nudo sombrío
que vive en el pasado.