Los hombres tienen la decencia de morirse antes
Hay que reconocerlo: los hombres, en el fondo, son unos caballeros. Tienen la decencia de morirse antes. No por flojos, no —por educación. Para no dar más trabajo, para no estorbar, para dejar sitio en la nevera.
Mientras ellas siguen ahí, manejando la casa, los recuerdos y el grupo de WhatsApp de las vecinas, ellos ya han decidido “irse antes de que la cosa se complique”. Ni testamento, ni contraseñas del banco, ni idea de dónde se guardan las toallas buenas. Nada. Pero eso sí: se van con elegancia.
Dicen que es biología. Yo digo que es instinto de supervivencia: mejor morir que discutir. Si ya sabes que no tienes razón, ¿para qué seguir viviendo para escucharlo una y otra vez?
Algunos sostienen que es el colesterol, otros que el estrés. Yo creo que es puro sentido común. Los hombres mueren antes porque saben que si llegan a los ochenta, acabarán de figurantes en la sobremesa de una tertulia sobre nietos, dietas y pastillas de colores. Y ahí sí que no hay retorno.
Así que sí, los hombres tienen la decencia de morirse antes. Como buenos caballeros, hacen una última reverencia… y dejan el escenario libre para que las mujeres, por fin, puedan contarlo todo sin interrupciones. |