El átomo primero abrigaba la energía madre.
El rayo diminuto se ocultaba bien.
Alguien debió de accionarlo.
El nuevo juguete previsible se extasiaba irreversiblemente: el ensayo habíase consumado.
(A pesar de todo fuimos permitidos.)
Y estalló de pronto la gran hecatombe.
El punto inferior tornóse infierno.
El minúsculo monstruo se extendía sin fin
engendrando los primeros elementos.
Consumíase todo y volvía a surgir
dando a luz a las primeras fuerzas básicas.
La luz , que al principio dormía en su esencia,
inventó la historia del bien y del mal.
Texto agregado el 15-10-2004, y leído por 159
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
15-10-2004
una visión muy buena, es fácil llegar a ese estado e imaginar el principio! cosa
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login