El olvido fue cruel, cruel destino,
borrando un sentir, un lazo fino.
La vida me enseña con cruel lección,
que el alma enmudece, sin tu canción.
Melancolía, un manto sombrío,
la ausencia duele, un hondo vacío.
Mi bello poeta, hoy te recuerdo,
tus versos vivos, mi eterno acuerdo.
Te extraño a diario, en cada instante,
un eco en el alma, siempre constante.
Siento que sigues, aquí en mi interior,
un lazo que une, sin un adiós, mi amor.
Hoy miro al cielo, buscando tu luz,
deseando un encuentro, mi fiel cruz.
Nuestras charlas vuelan, cual aves al viento,
pero tu cariño, no tuvo contento.
Fui ingrata al don de tu tierno afecto,
ignoré el tesoro, mi triste defecto.
Ahora que partes, mi alma se quiebra,
un nudo me oprime, mi pena celebra.
Soledad me abraza, con frío lamento,
melancolía es mi cruel tormento.
Mi poeta español, te pido perdón,
por mi ingratitud, mi fiel traición.
Conservo aún hoy, tu don más preciado,
un verso inspirado, tesoro guardado.
En cada palabra, tu ser se revela,
mi joya más grande, mi dulce estrella.
Hoy te dedico, mi ardiente devoción,
con todo mi anhelo, y mi corazón.
Un beso te envío, cruzando la altura,
mi poeta ausente, mi gran ventura. |