la Canción en: https://youtu.be/7zt3smMwKW4 
 
Río que fluyes, viajero incansable, 
tu cauce es un mapa de sueños y azares, 
trenzas caminos entre piedras y flora, 
y en tu lecho llevas tanta historia. 
 
Eres espejo de vida, rumor que no cesa, 
surcando paisajes, cruzando fronteras, 
a veces te escondes en hondos silencios, 
río que suenas entre rugidos y ecos. 
 
De un brote humilde  
bajo la sombra de una montaña 
o quizás de una ladera 
entre tímidos pasos  
fluyes incansable sin pausa ni tregua 
entre paciencia y resiliencia  
forjas tu propio destino. 
 
Eres espejo cada piedra una experiencia 
a veces sabia, a veces dolorosa,  
entre retos sin detenerse jamás retrocedes 
río que nunca duermes siempre avanzas. 
 
Al igual que la vida, no sabes de anclajes, 
tu curso improvisa, se dobla, se adapta, 
y recoges memorias de cielos y lluvias, 
de soles, de noches, de risas y lágrimas. 
Joven en la cima, cristal y promesa, 
te lanzas al mundo sin miedo, sin tregua, 
y vas aprendiendo, en cada recodo, 
que crecer es caerse, saltar, reinventarse. 
 
Eres espejo 
cada piedra una experiencia 
a veces sabia, a veces dolorosa,  
entre retos sin detenerse  
jamás retrocedes 
río que nunca duermes 
siempre avanzas. 
 
Mas nunca te cansas, ni miras atrás, 
tu norte es el mar, tu anhelo es saber llegar, 
igual que tantos que cruzan los días, 
con la fe en el viaje, buscando un lugar. 
Déjame ser río: fluir entre dudas, 
abrazar cada etapa, perder los temores, 
y al final del trayecto, ser parte del todo, 
fundirme sin miedo en la vasta marea. 
 
La corriente del río recoge también aguas de otros arroyos,  
se enriquece, se hace más caudalosa.  
Así, en la vida, cada encuentro, cada persona, 
suma una gota de sentido al cauce personal que llevamos.  
El río no teme mezclarse, pues en la mezcla se vuelve más fuerte.  
Vivir es también aprender a compartir la corriente,  
a dejar que otros naveguen a nuestro lado aunque solo sea un tramo. 
 
Mas nunca te cansas, ni miras atrás,  
tu norte es el mar, tu anhelo es saber llegar, 
igual que tantos que cruzan los días, 
con la fe en el viaje, buscando un lugar. 
 
Déjame ser río, fluir entre dudas,  
abrazar cada etapa, perder los temores,  
y al final del trayecto, ser parte del todo,  
fundirme sin miedo en la vasta marea.  |