Quiero verte, quiero preguntarte qué es todo esto, qué pasó?.Pero necesito quitarme este dolor. Este no es mi apartamento, creo!!, sigo confundido, me dirijo a la cocina, debe ser tu apartamento, veo tu estilo en la decoración, mi apartamento tiene solo escala de grises, negro y dos cuadros de color, un cuadro de un atardecer naranja que me gustaba ver tomando un café para nunca perderme una puesta de sol; y otro un bosque con escalas de verdes tú sabes el por qué. Definitivamente es tu apartamento, pero como termine acá? contigo?. Pongo agua en una cafetera, necesito un café cargado, necesito que mejore esta migraña, ya no tengo tanta fotofobia, veo con más claridad pero sigue el dolor. Te veo caminar hacia mi, te pusiste medias, hace algo de frío, el piso de la cocina está helado, hasta ahora lo siento. Me encanta verte así, camisa que deja ver tu ropa interior y medias, cuando la ternura se combina con sensualidad. En este caso más ternura.

Cierras los ojos y percibes el aroma, No tengo que preguntarte, sirvo dos tasas de café, tomas la tasa entre tus dos manos, intentando calentarlas, vuelves a suspirar para sentir el café recién hecho, tomas un sorbo… sonríes… disfruto verte… abres los ojos: “te quedo delicioso”. Sonrió, no dolió tanto la cabeza, “te puedo preguntar algo?””Claro!!!!” Sonríes nuevamente. Esta respuesta si dolió un poco. Hace tanto no tenía migraña, por qué hoy que estoy contigo?… “Que hacemos? Que estamos haciendo? Que pasó anoche?”… frunces el ceño, giras la cabeza extrañada y respondes “amarnos. No entiendo. Estás bien?”

Ahora el que frunce el ceño soy yo, tu respuesta me alivió el dolor de cabeza, pero me confunde más. Amarnos? Hace mucho no nos veíamos, no hablábamos, soñar contigo era un alivio a la pesadilla que era vivir sin ti. Pero decir por una noche: amarnos, en plural, tu incluida!!!
Fresas, estamos cortando fresas, no soy amante de los pancakes pero disfruto hacerlos contigo, yo buscando la perfección, que queden del mismo tamaño, el mismo color, y tú por el contrario te encanta que queden diferentes, esa es tu perfección. Sigues tomando café, la sartén humea, ya no veo burbujear la masa, el dorado de los pancakes me gusta, es hora de voltearlo. Tomás una fresa, la muerdes, se ve jugosa, me miras, me encantan tus labios, son perfectos, pones la otra mitad de la fresa en mi boca, miro tus ojos, Dios!!! quisiera recordar que pasó anoche, que viví contigo. No es nada claro, no recuerdo absolutamente nada. Está dulce, la fresa está muy dulce, creo que ya está haciendo efecto la cafeina, duele muy poco la cabeza. Tus dedos también están dulces, subo la mirada para ver tus ojos. Cierro los ojos… maldito dolor, volvió, creo que me voy a morir, este dolor de cabeza es diferente, no creo que resista…

Abro los ojos, paso el dolor, casi no lo siento, estos segundos de dolor se sintieron eternos… escucho tu voz desde el baño: “ven, ya está caliente el agua”, alcanzo a ver el vapor saliendo por la puerta, escucho una ducha. Algo no está bien, nada está bien… sigo sin entender…