Notas (números) al final.
“El primer instrumento de mediación social, o social media, como se le quiera llamar, probablemente fue el fuego. En lugar de apretarse el uno contra el otro como hacen todos los animales sociales, los grupos de seres humanos se vuelven todos hacia el medio, el fuego, definiendo un espacio social ordenado sobre la base de ese específico objeto técnico. Todas las técnicas que se concretan en tecnologías son instrumentos de mediación en la relación con el mundo y con los demás”. (Ippolita, En el acuario de facebook, p.99)
Cuando oigo a las personas que estamos mucho mejor que antes, comprendo que todo se reduce a comodidad. Seguimos explotadas, manoseadas, violadas, vendidas, despreciadas. Seguimos analfabetos, incluso más analfabetas. Esclaves. Inmigrantes. Pero algo ha cambiado: todas las torturas que continuamos recibiendo las recibimos de una manera cada vez más confortable 1. Una persona víctima de trata, por ejemplo, obligada a prostituirse o a trabajar sin descanso sin paga y con pañales difícilmente se sentirá cómoda). Las justificamos. Estudiamos en las universidades carreras que nos ayudarán a darle un sentido a la estupidez humana. ¿Por qué el rico nunca entra y el pobre nunca sale2? Hay razones que lo explican. ¿Por qué el sistema electoral binominal es el mejor modo de poner en práctica la payasada democrática? Cátedras al por mayor. Y hay razones que explican lo contrario. Siempre en el marco de la razón, claro. Comodidá de decir lo que “se”piensa.
No tener feisvuc te lo aceptan, no tener guatsap es algo raro, no tener celular es prácticamente inadmisible. Los objetos técnicos nos han llevado, poco a poco, a vivir una soledad cómoda, una realidad humana descodificada en sus emociones, trasladadas a un nuevo formato, a una nueva sintaxis lingüística donde la polaridad es automática. Autonomía traducida a automatismo. La elección requiere impregnarse de pensar, de sentir, de evaluar, de transitar en múltiples direcciones, aceptando que ninguna es la correcta, rechazando la rectitud indiscutible, axiomática, dogmática. La elección, diría Sartre, es la condición de la libertad humana. Pero se equivocó creyendo que nuestra condena era la libertad, porque siempre elegíamos, aún si elegíamos no hacer nada. El automatismo oblitera toda elección. Creemos elegir entre negro o blanco, bien o mal, creemos que somos libres o prisioneras, hombres o mujeres, que dios o el diablo, que sí o no, que aceptar o cancelar. Sin embargo, dicha “elección” es únicamente una creencia; lo que llamamos elección no es otra cosa que embarcarnos en un camino delineado, un territorio dibujado, impreso en nuestros corazones, en nuestras energías, en nuestros pensamientos. Ramas de árbol recto que no se enmarañan, que nos llevan por un sendero de posibilidades predeterminadas… árbol mecánico, ramas lisas, estirándose para llegar a dios, al bien, a la verdad, a la felicidá, a la libertá, a la vida; porque tememos lo otro: el mal, el diablo, el negro, la esclavitú, el peligro, la muerte. Si para llegar al bien no podemos hacer esto o aquello indiscutiblemente, entonces somos partícipes de la maquinaria atmosférica de agún “ismo” hegemónico.
Esto no es nuevo: el origen de la tragedia, el origen de la familia, el cristianismo, el sionismo, el psicoanálisis, el saber, la técnica, capitalismo, neoliberalismo. Todo por un bien mayor. El fuego para calentarnos, para iluminar, para cocinar. La rueda para desplazarnos y desplazar cosas y desplazar otras formas-de-vida más rápido. El matrimonio para sacralizar el amor, condenar el placer, estructurar la sociedad de un modo más funcional. La legalidad para limitar nuestros actos. El dinero para intercambiar mercancías a un valor estándar. La imprenta para hacer circular información en serie en cantidades cada vez mayores. La línea de montaje para producir más rápido. La universidad para contener el saber en un solo verso, en sólo una forma de discurso (el del Conocimiento). El plástico para impermeabilizar nuestros alimentos, para producir más a menor costo y a menor riesgo de merma. La radiación, los transgénicos, la ginecología. Shoppings, gimnasios, galpones, rascacielos, electricidad. Che Guevara estencileado, estampado, copiado y pegado. “Si hasta a mí ya me pasaron la fridatizálida… ¡de veras! andan vendiendo mis autorretratos como si fueran hamburguesas con bigotes”.3
Me parece innegable que la técnica ha incrementado nuestras potencialidades. Antes no era posible establecer una conversación con una persona que estuviera a una distancia geográfica considerable en tiempo real, antes no podíamos cocer alimentos, antes no podíamos fotografiarnos, documentarnos, recorrer grandes distancias en pequeñas cantidades de tiempo. No obstante, es ingenuidá cegatona el justificar la existencia de la técnica tal como la conocemos. Porque la técnica no es sólo el elemento tangible de la tecnología, se expresa modificando el paisaje: cambiamos nuestra relación con el paisaje, con las otras formas-de-vida. Humanizamos el cosmos, lo determinamos bajo los códigos que creamos, lo hacemos parte de un sistema que podemos explicar, del cual podemos modificar cursos para extraer mayores beneficios. Todo objeto tecnológico requiere, para existir, la utilización de recursos. Dependemos de aquellos recursos para darle forma a nuestra comodidad. “Recursos naturales”. Le damos un nuevo curso a la naturaleza ¿Somos parte de la naturaleza? Cada objeto técnico desplaza a una entidad cosmológica desde su manifestación espontáneo-azarosa hacia el curso que El Hombre determina que es el adecuado para darle un uso que le beneficie. Así, los árboles son sacados de su curso habitual de vidas en la tierra que preparan el suelo para futuras generaciones vegetales y animales, que oxigenan la atmósfera del lugar que habitan para ser reubicados en el ciclo de producción de celulosa, muebles, carbón, etc. Como somos vidas pequeñas, no se nos hizo fácil darnos cuenta de que tenemos un poder de destrucción de nuestro entorno excepcional. No somos meteoritos, no somos fuego y viento, no somos placas tectónicas en movimiento ni volcanes erupcionando. Somos vidas pequeñas que se adjudican la razón para efectuar movimientos de volcanes, placas tectónicas, fuegos, meteoros y big bangs mucho más rápido que lo que esas entidades tardan en llevar a cabo sus erupciones, terremotos, incendios, cráteres y comienzos de universos.
Pero sí, somos parte de la naturaleza, y nos determinamos en esa dinámica de “recursos”, es decir, un algo cuyo curso espontáneo o libremente elegido puede ser reubicado en una nueva manera de producir más, a menor costo y riesgo de merma, en menor tiempo. Recursos humanos. Inventamos empresas humanas donde podemos ser entendidas como entidades re-cursables, puestas al servicio de la dinámica de la aceleración técnica. Así nos fragmentamos, nos hacemos partes, moléculas, átomos, células, datos intercambiables. Artista, abogada, médica, matemátiques, obreros, ladrones, hombres, mujer. Niño anciana etcétera.
“En las redes impalpables de la nueva policía: la policía imperial de las cualidades.
Existe toda una red de dispositivos en los que me hundo para “integrarme”, y que
esas cualidades me incorporan.
Todo un pequeño sistema de fichaje, identificación y policiaje mutuos.
Toda una prescripción difusa de la ausencia.
Todo un aparato de control comporta/mental, que apunta al panoptismo, a la
privatización transparencial, a la atomización.
Y dentro del cual forcejeo”.4
Definir, determinar, dominar la naturaleza no es modificar algo que está fuera de nosotrxs.
El lenguaje es el ejemplo más simple y poderoso: establece una distancia
Entre el individuo y el resto (mediación), permite proyectar (proyectos, deseos)
En el futuro el recuerdo del pasado, es decir permite compartir la imaginación
Personal en un imaginario compartido.5
Sí, el lenguaje crea realidad. Al crear excluye lo que no puede nombrar, lo relega al ámbito del no-saber, que equivale a no-ser (desde la perspectiva de quien nombra, por supuesto, que más que saber, imagina). La espiral nos lleva en sus brazos, nos zamarrea desde los extremos del futuro hasta el centro de su presente. Lo que no es creado por los objetos técnicos va perdiendo consistencia: los tomates crecen en las góndolas de los supermercados, los pollos vienen en bandejas y no se mueven por sí mismos. Hay una película para infantes protagonizada por los productos del supermercado: las vienesas hablan y creen que van a ser liberadas por la humanidad que las compra, pero se dan cuenta que van a caer a un sartén lleno de aceite caliente ¿las vienesas hablan, sienten y esperan no ser comidas por quienes las compran? Una pasta de animalidades molidas comprimida en forma de tubo es personificada, se hace más real que las animalidades de donde proviene la salchicha.
La digitalización es una manifestación exacerbada de todo ese dominio, control, panoptismo con el que hemos ido empapando el sentido de la técnica. Guatsap para la comunicación gratuita (en los dos sentidos de la palabra, en ambos casos un falso supuesto). Feisvuc para el reencuentro. Güeb profunda para sentirse, por un segundo, fuera del territorio. Pornografía para descargar tensiones, para no depender de otrxs si queremos sentir placer. Transacciones económicas en las que se mueven dineros inexistentes por los que se mata y esclaviza a mucha gente, en diferentes formas e intensidades. Gugle protegiendo tu identidad hasta que parezcas una amenaza. Nos determinan y determinan lo que queremos, pensamos y hacemos por nuestros movimientos a través de las redes sociales digitales, neo-rizoma que el capitalismo pugna por dominar completamente. Internet, nuevo big bang que parió un nuevo universo en expansión. Trabajamos en personalizar nuestra virtualidad, decimos qué pensamos, fotografiamos nuestras comidas, las ponemos en nuestros “estados”, nos registramos en todo aquello que pregone gratuidad, les obsequiamos nuestros recorridos diarios, les pedimos que nos expliquen cómo y por dónde llegar, seguimos las rutas que los servidores almacenan, pagamos con celular, compramos con celular… si acá en Santiago no hubiese tantos inmigrantes como están, probablemente la plaza en la que me encuentro estaría vacía. Personas pequeñas esclavizadas para la extracción del coltán. Juegos interminables donde nuestros personajes nos preocupan más que nuestra existencia: muertas nuestras corporalidades reencarnamos en algún avatar del nuevo universo humano “post-alfabético”.
Y, por supuesto, la espiral del huracán que desencadenamos ha cambiado su eje, y ya no estamos a salvo en su ojo, estamos entre los mismos escombros que levantamos, sumergidas en nuestra propia mierda, esclavos de nuestros propios deseos, deseos reales, pero nacidos de una matriz construida previamente, y que en la realidad de nuestro desear reforzamos, expandimos, mantenemos, reproducimos.
Datos pululando en la intemperie. La información, el conocimiento, se entienden como meros datos, es el nuevo código del saber. La traducción de todo el cosmos que percibimos y/o imaginamos se convierte en letras, números, ceros, unos, frases, especulación, economía aleatoria, tarjetas pa la micro, tarjetas pa endeudarse, tarjetas pa pagar, tarjetas pa identificarte, tarjetas circuitos… lo incomprensible, lo indecible, lo irrazonable, metido en un servidor que trabaja día y noche, pobre máquina, buscando la fórmula de pre-decirme continuamente--- y me voy dando cuenta de que muchos de (si no todos) mis deseos, de mis acciones, producen siendo ellos, a su vez, producidos.
Sin embargo, lo único liso y predecible son los datos, es decir, la traducción de nuestras acciones y deseos al código binario donde no se elige sino que se automatiza. Nosotrxs, la naturaleza, las formas-de-vida no son meras abstracciones manipulables, los árboles son rugosos, la luna está llena de cráteres, nuestros sentipensares escapan a la emotiquización uniformada.
Son tres problemas, por tanto, los que demandan ejercicios con vistas a
una ofensiva antiimperial: problema de fuerza, problema de ritmo, problema
de impulso.
Estas cuestiones, [que han sido] consideradas desde el punto de vista neutralizado
y neutralizante del observador de laboratorio o de salón, es preciso retomarlas a
partir de sí mismo, hacer de ellas la prueba. Amplificar unas fluctuaciones, ¿qué
significa esto para mí? ¿Cómo pueden unas desviaciones, las mías por ejemplo,
provocar el desorden? ¿Como se pasa de las fluctuaciones dispersas y singulares,
de los desvíos de cada cual respecto a la norma y los dispositivos, a unos devenires,
a unos destinos? ¿Como aquello que se fuga en el capitalismo o aquello que escapa
de la valorización puede hacer fuerza y trastornarse en contra suya?
(…)
La revuelta invisible, el “golpe-del-mundo” del que hablaba Trocchi, actúa por el
contrario sobre la potencia. Es invisible debido a que es imprevisible a los ojos del
sistema imperial. Amplificadas, las fluctuaciones con respecto a los dispositivos
imperiales no se agregan jamás. Son tan heterogéneas como lo son los deseos, y
nunca podrán formar una totalidad cerrada, y menos una multitud, cuyo nombre
es meramente un señuelo a no ser que signifique multiplicidad irreconciliable de las
formas-de-vida. Los deseos se fugan, hacen o no clinamen, producen o no intensidades,
y, más allá de la fuga, continúan fugándose. Permanecen reacias a toda forma de
representación, sea en forma de cuerpo, clase o partido. Así pues, resulta necesario
deducir de esto que toda propagación de fluctuaciones será también propagación de la
guerra civil. La guerrilla difusa es esa forma de lucha que debe producir una invisibilidad
de este tipo para los ojos del enemigo.6
Notas:
1 (Esta mayor comodidad, la pienso en términos generales. Hay realidades que son iguales o peores a otras que sucedían antes)
2 La polla records, canción igual para todos, disco “Toda la puta vida igual”
3. Sufrida Kahlo, personaja representada por Jesusa Rodríguez en el espectáculo Cabaret Incómodo: https://www.youtube.com/watch?v=nkClse5mf5o
4.Tiqqun, ¿Cómo hacer? Ver en: https://tiqqunim.blogspot.com/2013/01/como-hacer.html
5.Ippolita, En el acuario de facebook, pp.99-100
6. Tiqqun, La hipótesis cibernética. Ver en: https://tiqqunim.blogspot.com/2013/01/la-hipotesis-cibernetica.html |