¿Se olvidan las penas con un destilado?

No, es más, me estoy tomando el último y no logro olvidar el mal rato. Lo único que he logrado es masticar más la idea y pasar el trago amargo con otro más amargo aún, que acompañado de un nervioso tabaco me dictan ambos mi pobre desempeño en la cancha y aunque no tuve participación alguna, pobre fue al final.
Y es que las mujeres lo hacen a uno ingerir sin discriminar el destilado de la ocasión, que al menos en donde vivo se puede variar en innumerables mutaciones y prácticamente dar la vuelta al mundo testeando los mas variados licores.
-Sí- me dijo entusiasmada o mas bien me lo dio a entender por medio escrito, mientras conversábamos. -Esa es la película que quiero ver, justo esa que me comentaste.- y yo que no estoy pa jugarretas le seguí un poco la mano y luego de un par de frases distractorias le propuse ir juntos a verla. Muy efusiva ella asintió y al poco rato estuvimos los dos felices de acuerdo. En este preciso momento debo aclarar que solo estaba jugueteando y que por ningún motivo me encontraba en un plano de conquista serio, pero en un plan al fin y al cabo.
Pasó un día y aproximándose la hora de la función, intenté contactarla por el medio escrito ya antes mencionado, cosa que no resultó, por lo que probé con una alternativa mundialmente conocida; el compacto teléfono celular, ubicador de personas por esencia, perturbador de las libertades y solucionador de problemas sin discusión, y así fue. A los dos tono estaba ella con su voz ronca, infelizmente parecida a la de una ex enamorada, feliz de la vida contestando mi llamado. Que sensación aquella, esa de sentir aprobación con solo testear el tono de voz.
-Si, no tengo ningún problema, pero la verdad es que no sé a que hora salgo de la pega, llámame cuando te desocupes y lo arreglamos.- Ese "pero la verdad..." me debió indicar el triste final, pero como soy confiado y estoy poco acostumbrado a estos menesteres, me dejé ser y nula fue la importancia que le di a ese "pero" en competencia. Que le voy a ser, así me criaron, no me quejo en lo absoluto, solo resalto las diferencias.
Al rato, luego de mis clases de inglés, llegué sin novedad tras recorrer las calles de mi ciudad en el auto de mi hermano, que estaba con restricción vehicular y mas encima con la revisión técnica vencida y recién rechazada.
- Te llamó Villanueva- me dijo mi hermano pidiéndome las llaves de su auto -que me importa Villanueva, si yo voy al cine con una minita.- me dije.
Llamé entonces a la chica en cuestión para saber en que estábamos y me salió su madre -no está- me dijo ella seriamente -llámala al celular- replicó educadamente y yo muy obediente la llamé a su móvil. -Aló, hola, ¿donde estai?- la típica puta pregunta inducida por el sistema de telefonía celular, si la verdad es que técnicamente podía estar en cualquier región del país, y mi país es mas largo que la cresta, mas de cinco días en recorrerlo de punta a punta y yo preguntando en donde estaba, si lógicamente estaba en algún lugar de Santiago, volviendo para su casa, para ponerse linda, para ir conmigo al cine a ver la película que acordamos -Si, hola, mira es que lo que pasa que una amiga...- la amiga, tenía que salir la amiga, la puta amiga con problemas personales o los putos problemas personales de mi amiga, a la que quería invitar al cine, solo a ver una mierda de película y nada más, para sentirme feliz por un rato y quien sabe por cuantos mas.
En resumidas cuentas terminé con Villanueva, luego de ir a ver el cacharro que se quería comprar, tomando destilados, conversando del partido contra Argentina y callando mi amargura por supuesto, si no es para tanto, si ella no me revuelve el estómago, de verdad y aunque no me crean, solo quería ir con ella al cine y probarla, aunque sea un sorbo.

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