Yo creyendo que valías mucho
y no valías nada de nada
estabas tan devaluada
que ni un dólar darían por ti.

En lugar de darme placer
me dabas dolores de cabeza
hasta el amor hacías
con mucha pereza.

Hay otras mujeres
que hacen muchas cosas,
a la hora de hacer el amor son fogosas
con el hombre que las colma de besos y rosas.

A mí me gustan esas mujeres
que se olvidan del pudor
y a la hora de hacer el amor
dejan la última gota de sudor en mi piel.

Tú, antes de llegar al momento
más sublime del amor ya estás dormida,
al otro día te levantas adolorida
sin ganas de no hacer nada.

Te quiebras con palabras fuertes
antes que te mueras
en mis brazos
voy a cortar nuestros lazos de amor.

Ante el primer problema
sales corriendo a dónde tu mama
esa vieja alcahueta no te enseñó
a ser una dama fuerte.

PEDRO MORENO MORA

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

Estoy acostumbrado a vivir
entre la espada y la pared,
entre heridas y plantas medicinales,
entre recuerdos y olvidos.

Vivo al filo del abismo,
entre luces y tinieblas te busco
cuando la noche agoniza siento tu aroma
sin pedir permiso me acuesto a tu lado.

Sin querer queriendo
me atraes a tu territorio
en tu dormitorio me enseñas
el arte hermoso de amar sin palabras.

A veces eres la página
yo la pluma fina,
otras veces la pluma ardiente
que quema mi piel sensible a tus caricias.

A veces me suplicas
que te pinte desnuda
yo pinto de colores tu piel
el amor a veces es gris hoy es azul.

M e gusta que me provoques
que me toques el alma con versos
y con tus manos mi piel
y desates un oleaje de pasión.

Oleaje que te lleve y te traiga
por toda mi silueta
oleaje que te haga estremecer
y me estremezca hasta el amanecer.

PEDRO MORENO MORA