Mis ojos se cerraron
el sueño me venció.
Posaste tu cabeza en mi regazo
arrodillado ante mí.
Tus brazos me estrecharon y todo lo que estaba sembrado de espinas desapareció:
El color ambarino de la luz convirtió tu piel en satén.
No había un espejo para mirar nuestras siluetas
registré el momento en mi mente como una fotografía color sepia.
Un hombre y una mujer arrastrados por los remolinos de un río
por la corriente de la ira
de los celos
de las equivocaciones.
No hubo reproches:
¿Qué podía decirte?
Los discursos eran menos elocuentes que el calor de tus brazos aferrándose a mí.
Tus ojos de dolor se convirtieron en luceros de paz.
Dijiste te amo muchas veces mientras frotabas tu cara en mis manos humedeciéndolas.
Todo se lavó con esas lágrimas.
Se borró el dolor de la espera
de la incertidumbre.
El amor fue la anestesia que lo acalló.
No imaginé que te tendría:
Acaricié tu cabello
besé tus párpados
tus mejillas mojadas.
Nunca te tuve como en ese momento.
Nunca nos miramos tan hondo...
Nunca vi antes nacer esa luz perdida que se cubrió de mariposas.
Amaneció mi vida junto con el nuevo día.

Victoria

http://www.youtube.com/watch?v=ITXXnz8PS60