Una luz brillante. Iban y venían: unos de blanco, otros de azul. Cuchicheaban. —Mira tú, el que se iba a morir, ya resucitó. —Está respirando sin ayuda. Este ya la hizo. Recordé que era un sueño que tuve hace años. Sigo en una bolsa, en un frigorífico. Deseo una tumba tibia. No este frío artificial que a diario me vuelve a matar.
Texto agregado el 11-09-2025, y leído por 47 visitantes. (2 votos)