Carta a un amor imposible.
¡Déjame llorar! no verás mis lágrimas ni oirás mi llanto, lo haré en silencio mientras duermes y yo escribo esta carta que leerás al despertar.
¡Déjame llorar! Prometo que mi llanto sólo mío será, porque ya no tengo lágrimas y el brillo que otrora veías en mis cansados ojos, se ha perdido y tú bien lo sabes, no me digas que aún me quieres, no te mientas ni me mientas, lo nuestro está terminado. Pero, aún no puedo dormir, el silencio de la cama me recuerda que pronto solo eso tendré, silencio de amor, silencio de besos y silencio en el alma. ¿Acaso crees que podré vivir sin tu amor? No lo creo por eso te escribo, incoherencias quizá, cosas sin sentido tal vez, pero que formaron parte de nuestra vida y ahora que piensas marcharte, porque lo sé, vas a irte en cuanto amanezca, con otra mujer, ¿pensabas acaso que no lo sabía? Que irónico si lo pensaste, hace mucho que lo sé, pero ilusa de mí, creía que no era cierto, que eran habladurías de gente chismosa, pero los he visto… vi tus manos en su cintura, sus labios besando los tuyos, si, los he visto por eso escribo porque mientras mis manos sostengan la pluma que al escribir me hagan desahogar lo que siento, no empuñaré el cuchillo que te hiera el corazón, porque, aunque no lo creas, aún te sigo queriendo, si, a pesar de todo no puedo olvidarme de ti, pero no temas, la sangre que encontrarás en mis muñecas al despertar será mi último regalo, ¡Te devuelvo tu libertad!
Omenia
14/8/2025
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