Has visto de verdad adentro de los ojos de un niño pequeño?, te has puesto a volar por su color, su forma, su contenido?, verdes rugosos, pasto fértil, tierra húmeda, negro cielo de invierno, celeste flujo de agua y detrás de ellos, la vida surgir, la impaciencia, la celeridad, la profundidad honesta de sus parlamentos, la figura a soslayo de la impaciencia, ni más ni menos, la verdad absoluta de sus actos, el encomio sin culpa, no necesitan hablar, pero los haces hablar y ahí viene los primeros cambios de giro, viene la mente y luego la boca, no le das tiempo a observar. Cuando un niño juega solo/a lo hace enfrentando la visión de un micro sistema de formas, de ambientes sutiles, de silencio sin fin, está ahí incorporado en sus pensamientos, en sus mundillos interno, en sus hadas y cuentos, con palos y cuerdas, con pelotas, con manos, papel y crayones sus ojos bailan sin cesar en su infinita inocencia, hasta que por fin le rompes el fondo de su iris profundo y lo encandilas de por vida al prostituto devenir de una Tablet neón, que lo acompañará impávido, inmóvil, con la vista fija y drogada, moviendo sus manos y pies sentado haciéndose hoyo en el sillón desvencijado de la indolencia paternal.
Le has visto los ojos a los niños pequeños en el jardín mientras juegan con perros?.
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