Una tarde,cuando el viento de la primavera la hacía oler
más cercana
atolondrada y perturbadora
fui a comprar un pino:
Llegó indefenso
temeroso
balanceándose como si esa brisa débil recién entibiada por el sol
se divirtiera alborotando su ropaje color esmeralda.
Busqué un lugar donde su copa puntiaguda
arremetiera contra el azul del cielo.
¡Era tan pequeño!
no pasaba mi cintura.
Hoy levanto la vista para admirar su vértice de oro:
Entrecierro los ojos para escuchar mejor el silbido del viento entre sus ramas:
en un cielo de un azul diáfano
como las piedras traslúcidas del sulfato de cobre.
La palmera erguida mas alta que todos
los cubre con sus ramas sonoras.
Plantaré una Magnolia: Por su aroma
fragilidad y belleza.
Con ella mi jardín completará una gama de colores.

Victoria.


http://youtu.be/o1kr7cUQ2pQ