HERMANA PAZ

(Diario de un Alumno del Silencio)

I. EL MAESTRO QUE PASÓ DE LARGO
Crónica del cuerpo enfermo:
Esperé en la última fila —fiebre como manto, gripe como prisión—
mientras él, el Invitado Especial,
repartía sonrisas a jóvenes sedientos.
No me miró.
Sus manos saludaban a otros,
su voz entraba al auditorio sin rozar mi existencia.
¿Desaire? No:
Era la primera lección:
"La paz no viene de manos ajenas,
ni de miradas que validen tu sed."

II. EL SUEÑO COMO PUERTA SECRETA
Mientras su voz hablaba de oasis en el desierto,
mi cuerpo —rendido al virus—
convirtió el auditorio en barca de sombras.
Al despertar:
— Sillas vacías,
— Restos de aplausos fantasma,
— Equipo de limpieza barriendo migajas de sabiduría.
Pero en mi pecho ardía esto:
"El maestro externo se fue...
para que el interno despertara."

III. EL DIÁLOGO CON EL CORAZÓN-BOSQUE
En la cueva de mi cuarto, con fiebre como plegaria,
pregunté:
"—¿Qué es la paz, corazón mío?"
Y tú, órgano sagrado, respondiste:
"No es dedo en V, ni bandera blanca, ni tratado.
Es el aroma que brota al romper la corteza
de ese bosque espeso que llevas dentro:
— Helechos de memorias podridas,
— Ramas de promesas quebradas,
— Metales oxidados de batallas perdidas,
— Piedras de miedo fosilizado.

Tu única herramienta es el santo aliento:
Golpea con él, una y otra vez,
hasta que la grieta aparece.
Entonces...
...entonces, canto."

IV. LA CANCIÓN DE LA HERMANA PAZ
Cuando el corazón cantó:
— Los metales oxidados se volvieron campanas,
— Las piedras de miedo fundieron en diamantes,
— Los helechos podridos exhalaron perfume de tierra nueva.
Y supe:
La paz no es destino:
es la grieta por donde entra la luz.
Ella es la hermana que completa la sagrada familia...
Dolor, Soledad, Temor.

V. EPÍLOGO: EL SECRETO DEL ALIENTO
Ahora comprendo:
El maestro no ignoró mi presencia.
Su "pasar de largo" fue el regalo.
Me forzó a buscar la respuesta
donde siempre estuvo:
en el bosque intrincado del pecho,
donde el hacha del aliento
canta mientras sangra,
hasta que la grieta revela
a la Hermana Paz
sonriendo entre los helechos rotos.

"¿Qué bosque llevas en el pecho?
Describe una cosa que el santo aliento debe romper hoy:
un corazón cantando desde el bosque del alma."