Diario de un Alumno del Silencio

Fecha: 25 de julio de 2025
Título: Hermana Temor

Introducción:
Hay temores que se disfrazan de diagnósticos. Hay otros que vienen desde la infancia y duermen en un coliseo oscuro. Y hay uno mayor: el de mirarse al espejo del alma sin huir.
En este testimonio valiente, Joe camina descalzo por el cuarto del miedo y en vez de huir, lo abraza. Porque solo lo que se abraza pierde el poder de asustarnos.
Este texto no es sobre la enfermedad, sino sobre la libertad. La que nace cuando uno deja de temerle al temor mismo.

HERMANA TEMOR

No hace mucho me operaron de los ojos... cataratas y glaucoma...
Recuerdo la primera cita con el oftalmólogo:
—"Usted tiene demasiado alta la presión ocular... puede perder la vista..."

Le miré como quien ve a una persona asustada que está por perder el control de sí mismo.
—"¿Señor?... pero ¿por qué está usted tan tranquilo?... ¿Acaso no se da cuenta de que puede perder la vista?"

Puedo perderla, pero no puedo dejar de respirar, pensé... pero callé.

¿Qué es el temor?
Debe ser no ver salida ante el peligro.
En mi caso, sabía que aún podía vivir
sin ver la luz del día,
ni el color de las flores,
ni el rostro amable...
ni mi propio rostro.

Pero podía hacer otras cosas:
oler la flor,
sentir el calor de la bondad,
amar siempre sin razón...
Podía vivir.
No lo veía, pero dentro de mí lo sabía.

¿Qué es el temor...?
Cerré los ojos como buscando respuestas,
pues si algo he aprendido
es a no preguntar nada,
sino más bien encontrar la respuesta en mí mismo.

Y cerrando los ojos,
navegué en medio de la oscuridad de mi ser.
Brillante silencio.
Nubes que te dicen tanto...

El amor se muestra en sentimientos
como el aroma de una rosa...
y sabes que estás allí.

Buscas al temor y lo encuentras en la memoria.
Allí está,
a punto de asustarte detrás de una puerta
que oculta un cuarto oscuro...
Y entras.

Ves cuerpos temblando...
eres tú mismo de niño,
llorando en un coliseo, está oscuro...
y no hay nadie.

Las manos de tu abuelo se fueron...
y no sabes dónde estás.
Lloras, lloras
y hace frío, mucho frío...
Ves una banca, solitaria como tú...
y te echas y duermes.

Abres los ojos y estás en una cama, enorme...
y tras la puerta escuchas voces...
Es tu abuelo, tu madre,
quién sabe quién más...

Cierras los ojos...
Y conociste el temor.
Pero conociste aquella banca
donde entraste a la salida de aquel temor.

Fue el sueño, o el cerrar los ojos
y soñar en una cama cálida...

Le preguntas...
¿Qué es el temor...?
Y escenas vienen y van...

Estás angustiado...
lloras de impotencia...
bebes licor...
Y luego, se rompe el vidrio de tus ojos
y no temes.

Sabes que solo puedes controlar una cosa:
a ti mismo.

El temor...
Mi hermana temor era yo mismo,
mirando el misterio de la esquina oscura...
Y sabes que no puedes perder nada más que tu sueño.

Se revientan las luces
y aparece tu rostro...
—¿Eres el temor?
—Abrázame.

Y luego de abrazarnos,
dejamos de temer en cada esquina...
Y dejamos de soñar por ver un nuevo día,
y tras la puerta de la oscuridad
está la divinidad
mirándote como siempre.

"Ahora camino con mi hermana Temor de la mano.
Ella me señala los precipicios...
yo le enseño a volar sobre ellos."