Te leí…
después de 20 años abrí la gaveta de recuerdos, te busqué por horas.
Te encontré en el fondo, entre cuadernos, notas, y polvo... y te leí.
Escribes mejor que yo, debo aceptarlo.
Me pregunto, si eres aún tan apasionado como antes?
Te reconocería si te cruzo por la calle?
Que habrá sido de tí? Que canciones toca tu guitarra? Que letras escribe tu corazón?
Nunca conocí a alguien tan apasionado poeta como tú.
Me cautivaste.
Llegué a la conclusión que las historias que escribimos, fue la razón de conocernos.
Un regalo literario al mundo, a mi gaveta, a mis recuerdos.
Esas historias de etílica sutilez.
Fue lindo conocerte, fue excitante tenerte, fue difícil olvidarte… ya ni sé cuando te perdí?
Un amigo, un trovador, un poeta, un viajero…
20 años después… te reconoceré?
No pude evitarlo,
descolgué la guitarra y toqué nuestra cancion.
Me tomó un par de acordes recordarla, entonarla, cantarla.
Una lágrima se escapó... 20 años después.
La canción dice ¨Unos setenta años¨.
Nos faltan cinquenta entonces.
Cerro el cuaderno, y a esa historia la llamo:
¨Nos faltan 50¨
|