Ya no sé para dónde correr. No hay espacio para descansar, apoyarme y continuar. Hoy, inmerso en una profunda tristeza, advertí que nada es concreto.
Me desespera ser conciente de mi realidad, tan única y maravillosa como diminuta y olvidada. Desearía ser inconsciente, olvidarme de todo lo que me pasa, pero no!. Esta en mi cabeza, día y noche solo pienso en mi, en mi condición de apartado, de personaje querible y olvidado, jamás amado.
Como me gustaría ser médico y curar a las personas, vender golosinas o robar sonrisas que se olvidan. Pero no. No puedo. No soy así.
Soy experto en realidades, en bajas decepciones
¿alguien me quiere acompañar? Pero sigamos juntos, no nos olvidemos… ¿pero como mantenerlo? Si nada es de verdad, si estás palabras son mentira, si mi mama me abandonó, mi papa, las mujeres y lo vicios. Ya no hay refugio que valga.
Un punto blanco. En una pantalla de tv se detecta una imagen. Es el olvido, es el mundo, es Goethe, la vida, ¡un cuerno!... soy yo. No es nada. Es lo que queramos que sea, podemos imaginarnos lo que más deseamos y ahí esta, un puntito blanco.
Cuando aprendía a atarme los cordones me sentí gigante, inconmensurable, ya no tenía límites. Cuando dije te amo por primera vez pensé que iba a ser para toda la vida y que jamás me arrepentiría de mis palabras. Nunca creí que iba a beber café con tanta locura como ahora, para no dormirme, para no descansar, para no sentirme muerto. Pero ya me observan… estoy decepcionado de mi.
Mucha gente me dijo que le gustaba, que le parecía bonito y que me apreciaban. Hasta me dijeron que era el mejor. Yo les creí. Y los abandoné y me abandonaron, para continuar con su camino, de estrellas, de lunas, de vidas. Yo no puedo, no puedo olvidar.
Que decepción no poder alejarse y olvidar para caminar mas kilómetros. La distancia al sol en inmensa, a la luna más cercana, pero siempre imposible.
A mi lado una esfinge que me asota con su presencia. Inmóvil, sin claros ni oscuros, una inmensa masa de piedra impoluta, que solo se percude, no se trasforma.
El aire llena el resto de mi imagen. También me lastima, con su misterio, su mutabilidad y su imperceptible presencia. Ambos me dan vida y me sacan futuro, con la inestabilidad del aire y las piedras.
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