Primero que nada… no soy tu amigo
te miro a los ojos y me pregunto
¿quién eres tú?

Siempre quise ser de los buenos
del que sigue los decretos de la cruz
de los que avanzan construyendo peldaños
de los que creen en el sentido común.

Hay días que me detiene el viento lacerante
y me golpetea al oído el eco nefasto del andar oscuro
que sea el perverso
el audaz o el pillo
el atrabiliario incorregible
el que cree en la ley del resorte
que empuja y empuja hasta que vuelva lo deseado
el que construye su tela silenciosamente
y espera en la paciencia que todo suceda,

A veces quisiera ser el que te roba un beso
en medio de la borrachera
el que recoje cadáveres sin preguntar quienes son
el que no quiere estar en algún sueño
y menos en un funeral
el que desterró las orillas clausurando el asomo
el que tatuó en su espalda
un "que me importa".

El tiempo siempre busca el olvido que no existe
la fé perdida que jamás encontró
tocar las puertas del parnaso
y sentarse en las bancas del andrón

La ausencia no nombra
y yo no quiero contar los recuerdos
como un mendigo sus monedas
en un húmedo día de septiembre