Calles, donde siempre paga quien falla, donde todos cruzan rayas y quieren ganar medallas. Calles, batallas entre el humo y la niebla
¿Qué tendrá éste nuevo día de distinto? Abro la puerta en mi portal contento aún dentro de éste laberinto, el viento sopla enrarecido en la ciudad, intento pasar inadvertido: para eso tengo habilidad. Andando, observando, pensando en un por qué y en un cuándo; pensando que vivimos siempre esperando. Somos robots programados para progresar, seguimos saliendo, bebiendo, fingiendo hallar el bienestar. Buscando pareja para sentar la cabeza y, cómo no, hacernos con una casa, un coche y un futuro cómodo. Sacrificándolo todo para no estar solos, moviendo hilos, dejando huella en los hijos y morir tranquilos. En nuestros sueños caen billetes rosas, nuestra realidad distinta: así es el orden de las cosas. Sucesos que invaden las casas, esposas, cadenas clavadas a estacas, vidas silenciosas. Camino entre promesas y hormigón; entre risas, parques y demás contaminación
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