Arrastramos los pies, como si el polvo que se levanta supiera el camino hasta un río salvador que apague este enero que quema en la espalda. Distraídos del paisaje repetimos una y otra vez, el mismo sendero polvoriento que llamamos libertad. sin notar que es el mundo el que se mueve bajo nuestros pies, llevándonos exactamente a ninguna parte.
Texto agregado el 01-07-2025, y leído por 21 visitantes. (1 voto)