De tanto caminar
me despojé de la muerte,
entonces la sombra fue presa del deseo,
perfecto abrazo del cuerpo.
Cristalizaron los días
como un accidente ahuyentado,
y como no había límites
yo mismo era un experimento.
Entonces una niña
se asomó por la ventanilla
así al vernos
volví a sentir el respeto
por la vida.
Texto agregado el 27-06-2025, y leído por 16
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