Es en verdad gratificante encontrar de pronto un libro de poemas en el que el lector sienta la necesidad urgente de leer cada poema sin apenas detenerse. No porque cualquiera de ellos sea irrelevante, sino al contrario, por el interés creciente que suscita su lectura. No hay desperdicio de versos ni de sentido en ellos, atinan con precisión en cada tópico sugerido.
Efraín Huerta es un poeta experimentado que pone al servicio de su poesía, la vasta cultura que posee para crear, jugar, amalgamar o adaptar, poemas que hacen reflexionar sobre el sentido de la vida y sus situaciones cotidianas, incursionar en temas bíblicos o literarios con una dosis alta de ingenio, humor, ironía, juego, que hacen esbozar a veces, en el que lee, una sonrisa y aceptación casi inmediata de loa conceptos vertidos.
Los poemas son tan pequeños, que alcanzan apenas un par de líneas. Y no requieren de más extensión para mostrar la calidad que poseen. Huerta los fue escribiendo a lo largo de varios años, por ahí de 1973 hasta que aparecen formalmente en libro, en 1981.
Dejo aquí, tres poemínimos de muestra:
1
Los lunes, miércoles y viernes
Soy un indigente sexual
Lo mismo que los martes
Los jueves y los sábados
Los domingos descanso
2
Voy a dar
Un paseo
Alrededor
De
Mi
Vida
Ya vine
3
El que escribe
Al último
Escribe
Mejor
Yo
Apenas
Empiezo
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