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Inicio / Cuenteros Locales / joeblisouto / El Hombre de barro y el Arbol de las verdades

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En un rincón olvidado del mundo, donde el cielo se confunde con el humo de las fábricas, vivió un hombre hecho de barro y preguntas. Lo llamaban "El Mutilado": sin brazos, sin piernas, sin ojos. Un accidente lo había reducido a un torso que respiraba entre las sombras de un asilo pobre, donde el pan sabía a derrota y los días a eternidad vacía.

Pero en su noche más oscura, cuando el hambre le abrió una grieta en el alma, una Voz emergió de sus entrañas:

—Recita… y verás.

Y así comenzó el milagro.

Al principio, fueron palabras prestadas. Audiolibros de filósofos y poetas llenaban su pecho hueco, hasta que un día, sin saber cómo, sus labios comenzaron a vomitar versos que no eran suyos… o quizás sí. Versos que hacían llorar a las enfermeras, que devolvían el nombre a los ancianos perdidos, que atraían a una niña muda llamada Luna.

Ella, cuya voz se había ahogado en el incendio que mató a su madre, le dejaba higos en la ventana.
—Tu silencio es más elocuente que mil discursos —le dijo él una vez.
Y ella, por primera vez, sonrió.

Pronto, el asilo se llenó de curiosos. El Hombre de Barro, sentado en una silla de ruedas oxidada, flotaba sobre el suelo mientras recitaba. Las palabras brotaban de él como manantiales, imantando libros, arrancando secretos de los corazones.
—No soy sanador… soy espejo —declaraba a los que venían a pedir milagros.

Pero los poderosos, aquellos cuyas manos manchadas temblaban ante su claridad, lo llamaron "Engendro".

Una noche, mientras la luna teñía de plata los muros del asilo, el Hombre susurró a la Voz:
—¿Podré volar?
Y al amanecer, levitó. No como los pájaros, sino como una idea imposible de contener.

La gente llegó en multitudes: madres con hijos enfermos, políticos con almas gangrenadas, artistas sin inspiración. Todos escuchaban sus poemas… y todos se iban transformados.

Hasta que llegó el Senador Ignacio Rojas, hombre de sonrisa de acero y zapatos lustrados con sangre ajena. El político quiso usar su fama para una campaña. Pero al acercarse al árbol que crecía en el solar donde el Hombre recitaba, las hojas susurraron:

—Sangre en los zapatos… mentiras en los discursos.

Rojas, pálido, ordenó talar el árbol. Los leñadores se negaron:
—Cada hacha que levantamos… canta nuestras propias culpas.

Desesperado, contrató a un incendiario. Pero las llamas se volvieron contra él, revelando cicatrices de sobornos y pactos oscuros. La prensa capturó su caída, y el árbol, testigo imperturbable, añadió una nueva hoja:

—El barro secuestra… pero el fuego revela.

El Hombre de Barro murió un martes, quemado por una turba asustada. Mientras las llamas lamían sus muñones, la Voz le preguntó:

—¿Quieres que los salve?
—No… que recuerden —respondió él.

Luna, la niña muda, colocó un higo entre los leños.
—Ahora entiendo… eras tú la Voz —musitó él, y expiró con una sonrisa.

Hoy, el árbol-verso sigue en pie. Sus hojas murmuran verdades a quien se atreve a escuchar: un alcalde que construye bibliotecas, una jueza que perdona, niños que guardan pétalos con versos bajo sus almohadas. Y Luna, la niña que recuperó la voz para cantar, viaja por el mundo. Donde ella entona sus melodías, el desierto florece y los corazones se desenredan.

Dicen que, al anochecer, se sienta bajo el árbol y conversa con las hojas.
—Tú eres la tierra fértil… yo solo soy la semilla, susurran.
Ella ríe, y el viento lleva su risa a los oídos de los que aún creen que el barro, alguna vez, fue solo barro.

Y en la ciudad, los políticos evitan pasar cerca del solar. Pero de noche, cuando nadie los ve, algunos se acercan. Escuchan… y a veces, solo a veces, una hoja cae en sus manos.
Como un perdón. Como una última oportunidad.

Y el árbol susurra al viento:
“No temas al barro… teme no florecer.”

Texto agregado el 25-05-2025, y leído por 67 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
26-05-2025 !Hijueputa, usted ya se va a suicidar! scire
26-05-2025 Me encantó este cuento, da esperanza a los que no creen y comienzan a hacerlo. Saludos. ome
26-05-2025 Que hermoso cuento. Hacia mucho que no leía algo tan bonito y emotivo. tete
26-05-2025 Que buen poema. Que lindo escribes. Me encantó la historia... Un fuerte abrazo Victoria . 6236013
 
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