Naturalmente sin apuro,
el silencio se instaló, fracturado
El sonido fue tan fuerte,
que la bailarina desencantada floto.
Dejando perlas, que el viento desparramo
Dejando… un crudo vientre oscuro.
Apacible la sangre nutrida de amor,
como una calandria, canto sobre tu nombre.
La lluvia se cuajó, quieto el viento lengüetas,
la luna playera rodando sin parar miro.
Como la sombra latía sin color,
ardía en tu piel, de roble y carbón.
Así… dejando herido el nido, sin calor,
bajo la duna, un saltamontes lo regó de miel.
La calcinada oscuridad nació de golpe,
creció en llamadas, vomito su turbia vos.
Se callaron los silencios, un deseo surgió
avasallando todo el universo, en un descuido
Qué costo más que un mundo azul.
A-M-R
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