Carta a mi madre.
No existen palabras que, con ellas pueda expresarte lo que fuiste eres y serás para mí.
Llevo lágrimas en el alma desde el día que partiste.
Madre, amiga, mi más fiel compañera, ahora que tengo más edad de la que llegaste a tener, te entiendo.
Jamás te fuiste, aunque no estés, porque te veo en cada rosa, en cada mariposa blanca como aquella que se posó en mi hombro la tarde de tu partida.
Mamá, tu vida no fue un jardín florido, más penas que alegrías, callados llantos ensombrecieron tus días, pero a pesar de todo me brindaste todo tu amor y me enseñaste a vivir con alegría.
Mamá, ahora que yo también soy madre comprendo lo que se siente, cuando la vida nos golpea y nos hiere.
A pesar de los años que pasaron, no hubo ni habrá un día que no estés en mi mente, en mi corazón y quiero que sepas que mientras viva te seguiré queriendo, extrañándote y esperando el día en que nos volvamos a abrazar. Te pido perdón por la sencillez de mi carta, pero tú que me conoces sabes que así soy yo, igual que tú.
¡Mamá, por siempre serás, la madre más querida!!
Omenia
8/5/2025
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