Opus 1: Presentacionra y representaciones
No se si yo soy yo o yo soy solo lo que yo represento,
aquel papel que me ha tocado cumplir o sobreactuar,
esa identidad a la que yo me acostumbré por inercia,
la representación de mi mismo en una fantasía creíble,
en una imagen mascarada en cada uno de los papeles,
del espejo difuso para un mundo que perdió la esencia,
el fondo del alma que se extravío en la respuesta hostil.
Opus 2: Distancias y aproximaciones
La inocencia pervertida de una imagen tan necesaria,
del alterego desconfiado para mi narrador protagonista,
la acotación constante para una personalidad variable,
dividido entre lo que soy, quiero ser y lo que debo ser,
entre la invisibilidad generacional y la elogiada ceguera,
profesando una profesión que vende falsas profecías.
entre celebrado encantamiento y esperanzas perdidas.
Opus 3: Certezas y verdades
La certeza de la mayor de las incertezas es la verdad,
verdad extraviada en míticos discursos consoladores,
en razones tan razonables como uno lo quiera admitir,
un retrato revelado en una práctica memoria selectiva,
en el espejo vivo de nuestros deseos nunca realizados, el reprimido antigrito ante tan marmórea institución,
entre un angustiado querer decir y un tener que callar.
Opus 4: Gritos, susurros y silencios
Dionisíaca celebración sin ninguna horario para cerrar,
el saber contenido en las entrelíneas del conocimiento,
un ahora abocado a ser pasado sin llegar a ser futuro,
inmediatismo recurrente y la mas que dudosa victoria,
una puerta grande que se cierra según se va entrando,
falsos brazos abiertos a abrazar a los recién formados,
ahora la busca por el tiempo perdido es inocuo lamento.
JIJCL, 10 de mayo de 2025.
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